Todo lo antes detallado deberían hacer repensar a todos aquellos simpatizantes del oficialismo nacional (Coalición Cívica- Pro) en unir fuerzas y abandonar las disputas hueras y en lograr el voto electrónico en la provincia con un control estricto en el correo.
Gerardo Zamora ha puesto a funcionar los engranajes para el fraude que se llevará a cabo el año entrante como ocurrió en otros años y que muchos santiagueños bien recuerdan. Como por ejemplo, aquella elección en la que Gerardo Montenegro recibió la bendición del caudal de votos zamoristas para ganarle la pulseada en la Cámara Alta a «Chabay», pero esa estafa funcionó en doble sentido; sumarle a Montenegro y restarle a Ruíz. Mirolo es el exponente que más le ha servido al ex gobernador santiagueño para realizar este tipo de maniobras ya que el año pasado y como acostumbra a hacer, renunció a ese flujo de votos para trasladárselo al intendente bandeño al punto de lograr para el massismo un escaño en la cámara baja.
Los que tienen la posibilidad de recabar algún tipo de información, habitan el mundo periodístico o político, saben que el segundo lugar en la provincia fue del PRO pero el manejo espurio del senador alteró los resultados poniendo a esa fuerza política en tercer lugar por detrás del ex Pablito, tratando por todos los medios de sodomizar de la peor manera a un macrismo que se mostraba para él como una amenaza para la eternización al frente del Ejecutivo cuestión ésta que no es un secreto para ningún santiagueño entienda o no de política.
No es un misterio la forma en la que lleva a cabo sus oprobios y podríamos enumerarlos de la siguiente manera: la primera y más sencilla en el interior profundo de la provincia se lleva a cabo lo que popularmente se denomina “tacuchada”, ello consiste en tomar el padrón y hacerlo votar absolutamente a favor del Frente Cívico y sacar de la urna todo voto que pueda haber recibido la oposición. En segundo lugar está la transmisión de datos, por ejemplo para ser gráficos, sobre un total de 500 votantes si Zamora lograra 200 y sus adversarios 300, quienes transmiten la información al correo suelen invertir esas cifras agravándolas con diferencias superiores a favor de la fuerza gobernante, es decir, falsean datos y nadie puede discutirlo porque la fiscalización de otras fuerzas políticas que no sean el Frente Cívico suelen encontrarse ausentes en esos lugares.
El tercer punto es el traslado de las urnas sobre las que muchos opositores han puesto una mirada dudosa y lo hicieron público y por último; el correo. El poder omnívoro de Gerardo Zamora llega a intersticios recónditos, nada está fuera de su alcance, todo lo puede. Por lo que no sería extraño que allí también se realicen actos desleales para favorecer al hombre fuerte de la política.
Volviendo a Mirolo, el utilitario hombrecito chaqueño cumple desde el sábado (día en el que lanzó su candidatura) un doble rol: primero pone sobre el tapete el tema elecciones en Santiago y ya se comienza a hablar de las mismas de forma anticipada, tal cual lo necesita el variopinto mendocino que quiere que las mismas se realicen en marzo o abril. Y segundo, fragmenta a la oposición asegurándose de que no pudiera existir una sociedad contraria a sus intereses.
Todo lo antes detallado deberían hacer repensar a todos aquellos simpatizantes del oficialismo nacional (Coalición Cívica- Pro) en unir fuerzas y abandonar las disputas hueras y en lograr el voto electrónico en la provincia con un control estricto en el correo, pero antes deberían encontrar un exponente con peso específico propio y liderazgo, cosa que no sobra por estos días. Mientras tanto, Zamora-Mirolo comenzaron el fraude 2017.