El conductor Alejandro Fantino viajó a Uruguay para entrevistar para su programa Animales Sueltos al ex presidente uruguayo José «Pepe» Mujica.
En la entrevista habló de variados temas. Su relación con Macri y Cristina, sus años preso y el despojado estilo de vida que lo caracteriza.
«Yo aprendí esta lección de la historia: cuando a la Argentina le va bien, a nosotros nos va bien. Cuando a ustedes les va mal, a nosotros también nos va mal. Si ustedes se resfrían, nosotros nos engripamos. ¿Por qué? Porque no somos hermanos pero nacimos en la misma placenta», señaló Mujica
«Yo quisiera que a la Argentina le fuera bárbaro con Macri. Te mentiría si no te doy mi duda. ¿Cuáles son mis dudas? Que esta película ya la he visto, se repite, y es que empieza la danza de los préstamos. Y en algún momento hay que pagar. Y cuando hay que pagar vienen los ajustes, o la venta de esto y otra vuelta. Esta película la he visto», afirmó.
Mujica valoró las riquezas de nuestro país y resaltó los «recursos naturales» de Argentina así como el capital humano, «salvo los porteños muy agrandados que vienen a Punta del Este, la gente del interior es bárbara», destacó, por lo que concluyó en que «hay varias argentinas».
Sobre la ex presidenta Cristina Kirchner, dijo que «no la vio más. Ella tiene una manera de ser de la cual estoy en la vereda de enfrente. Es coqueta, no puede evitarlo, y yo soy un reo».
Uno de los momentos más reflexivos fue cuando Mujica recordó su detención el Cuartel de la Infantería número 11 de la ciudad de Minas por su militancia en el Movimiento de Liberación Nacional (MLN), al sostener que fue «preso» en su «intento de cambiar el mundo»; y analizando la situación actual, recomendó «tener paciencia y esperar porque hay un lío entre las derechas, en occidente, en Europa y EEUU, donde el problema no es (el candidato presidencial Republicano Donald) Trump, porque un loco aparece siempre. El problema es la gente que lo sigue».
Para finalizar, Mujica dejó algunas reflexiones que superan estrictamente lo político, algo más global que nos comprende como seres humanos, «hay que dispararle al odio. Es igual que el amor, en cuanto a que ambos son ciegos. Pero con una diferencia, el amor es creador mientras que el odio es destructor. El razonamiento blanco y negro es falso, ninguno existe en forma absoluta».
«El dolor, cuando no te destruye, te hace pensar en profundidad. Ahí le entré a dar enorme valor a lo que no tenía, a las cosas más pequeñas, a lo cotidiano. No me pudieron destruir y fui construyendo mi sistema de pensamiento, porque una cosa es leer y otra ir rumiando lo que leíste».
