El multidenunciado líder del Frente Cívico por Santiago en una entrevista a un medio grafico aseguró que todavía no es tiempo de hablar de candidaturas, pero que estarán donde haga falta. Esto equivale decir en la lógica zamoriana que se presentará caiga quien caiga o tirando abajo a quien sea, haciendo lo necesario sea lícito o no para hacerse del sillón de Ibarra por tercera vez en primera persona y sin interpósitas.
El hoy senador por nuestra provincia es sabedor de que en una contienda electoral saldría victorioso por ausencia de contendores más no por popularidad y amor de su pueblo, dos cuestiones que en los últimos tiempos menguaron significativamente hacia él y el espacio político al que representa. Y es por el destrato a sectores populares y trabajadores un claro ejemplo son los docentes, pero además el desprecio a empleados públicos en general y al pueblo entero que ve cada vez de forma más clara las inequidades que se producen y que han convertido a un pequeño sector en la nueva casta de Santiago del Estero, un puñado de nuevos ricos que le refriegan al resto sus pertenencias a otros que carecen de todo. Es algo así como comer delante de los desnutridos.
LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO
Aunque los oficialistas recalcitrantes hoy puedan sentirse triunfadores, bien dentro suyo saben que el mandamás local ha perdido terreno, popularidad y voluntades a su favor, que de a poco se van aislando y se convierten en un núcleo duro cada vez menos cuantioso y más impermeable a las necesidades que en otro momento no fueron satisfechas porque los fondos fueron a parar a retornos y hoy no queda ni para repartirse ni para invertir, es decir las penas son del pueblo y las vaquitas fueron del gobierno.
Zamora en la entrevista deja el final abierto porque desconoce ahora sí lo que se viene, cosa que antes no pasaba y además porque se equivocó fiero con el » gracias a Dios no lo veo a Macri presidente, y no me he equivocado nunca». Lo que si sabe es que «aún es temprano para hablar de candidaturas» o tarde para llorar sobre le leche derramada.
