El matrimonio gobernante muestra nuevamente su desprecio por la administración Macri, enviando micros con tropa rentada para la operación clamor que se prepara para el próximo miércoles.
La misma tiene como finalidad mostrar fuerza en la movilización y por otra parte un kirchnerismo vivo aún en estas circunstancias, tratando de victimizar a una ex presidenta que a toda vista sería, según las pruebas con las que contaría la justicia, la jefa de una organización que blanqueaba dinero a través de cuentas offshore en paraísos fiscales.
Pero un detalle no menor es el vínculo carnal que los Zamora mantuvieron durante años con los personajes más complicados de la denominada «Ruta del Dinero K».
Este medio demostró en otros tiempos los vínculos, las obras y los retornos que se repartían tanto funcionarios nacionales como provinciales y es exactamente esa la cuestión la que desvela al ejecutivo local, ya que es por todos sabido que Cristina Fernández de Kirchner es Julio De Vido y este es Zamora.
Santiago del estero fue la provincia más beneficiada por la obra pública, ergo por los retornos provenientes de las mismas y que son indisimulables a los ojos de un pueblo empobrecido.
Esta actitud cuasi desesperada del binomio gobernante tiene un correlato con la corrupción de la década kirchnerista y su cada vez más dificultosa manera de ocultarla.
También explica porqué se comportan de forma tan errática y en un momento parecen querer una relación cercana y al siguiente se comportan como acérrimos opositores.
Pero por más esfuerzos que hagan es harto sabido que fueron socios y que de esa rentable amistad podría sobrevenir nada más y nada menos que la cárcel para Gerardo Zamora y Claudia Ledesma.