Sus iniciales son D. L. En agosto cumplió 35 años, está separado y sus hijos no viven con él. Quizás, como dijeron sus vecinos al diario La Voz, sea porque es adicto. Amante de las selfies, tenía un alto perfil en redes sociales y el 90% de sus amigos en Facebook son mujeres. Una de ellas es la mamá de la nena que ayer apareció muerta en un baldío de Córdoba dentro de un bolso deportivo.
Todos esos datos, como su fama de violento, junto a su identidad digital (que define cómo se relacionaba en Internet) están siendo investigados para sostener la principal hipótesis en su contra, como único sospechoso: mató a Abril Sosa, de 4 años, para ocultar el ataque sexual.
La fiscal Claudia Palacios (quien hoy abandonaría el caso), tendrá que probar que la nena «habría sido raptada, llevada a la pensión donde vivía el sospechoso y allí habría sido sometida a un abuso sexual». El sospechoso la habría ahorcado con ambas manos.
El presunto asesino no sólo vivía a 50 metros de la casa de la familia Sosa. Según fuentes de la causa, D. L. era amigo del papá de Abril. «Me ayudó a buscar a mi hija, es una mente enferma», dijo Cristian Sosa, el padre de la nena, esta mañana a Mitre Córdoba.
Los perros de la División Canes marcaron rastros de Abril en la pieza de la pensión donde vive el detenido.Aunque no tiene validez procesal, él mismo confesó. Demorado en la Jefatura de Policía, admitió el crimen y dio datos para encontrar el cuerpo. “Se quebró y dijo que la violó y ahorcó”, dijeron tres voceros de la causa a ese diario de Córdoba.