El presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, sostuvo que «tarde o temprano» iba a tener lugar la suspensión de Ricardo Echegaray como jefe de la Auditoría General de la Nación (AGN) porque «tenía 16 juicios pendientes», al tiempo que admitió que el tema «estuvo mal parido de origen».
«Tarde o temprano iba a ocurrir porque tenía 16 juicios pendientes», señaló Monzó sobre la resolución judicial de dar lugar a una una acción de amparo impulsada por la diputada Elisa Carrió para suspender a Echegaray a raíz de su procesamiento por «falso testimonio» y «violación de secreto de sumario».
Monzó apuntó que «no fue un error» la designación del ex director de la AFIP al frente de la AGN porque por entonces «no estaba procesado y no había hechos judiciales graves que impidieran que se convirtiera en el séptimo auditor general».
«Después de haber sido procesado consideramos que hay una incompatibilidad con el cargo. El artículo 126 de la Ley de Administración Financiera señala que no podrán ser auditores personas con procesos judiciales pendientes o que hayan sido condenadas en sede penal», señaló.
En una entrevista publicada hoy en el diario Clarín, planteó que «ahora que hay darle tiempo al PJ para que tome su posición» como partido de minoría y designe un nuevo auditor al frente del organismo.
«Confío mucho en la nueva conducción del PJ para que propongan un funcionario que no tenga este tipo de situación», dijo y completó: «No quiero opinar de cuestiones internas pero la que propuso a Echegaray en su momento fue la conducción partidaria anterior».
Por último, admitió que «el tema estuvo mal parido de origen».
Echegaray fue procesado por el juez Claudio Bonadio por involucrar en 2014 al actual ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, entonces dirigente de la Coalición Cívica, en un supuesto caso de evasión impositiva.
