Un cura propio y «especial» que aportará la delegación argentina para oficiar una misa en Jerusalén, dos millones de dólares, entre ochenta y noventa habitaciones en un hotel de primer nivel, un lugar de entrenamiento privado y que un chárter vaya a buscar al equipo a Barcelona y luego lo traslade a Rusia para el Mundial fueron las principales exigencias de la AFA a la empresa organizadora del partido amistoso entre las selecciones de Israel y Argentina del próximo 9 de junio en el estadio Sammy Ofer de Haifa.
Estas revelaciones las hizo el empresario israelí a cargo de la organización del partido, Danny Benaim, titular de Comtek, y quien está estrechamente relacionado con Jorge Messi, el padre de Lionel quien, según ha comentado, le pidió anteriormente que llevara a su hijo en privado a visitar el Muro de los Lamentos. «Le respondí que la única manera de que pasara desapercibido era haciéndose una cirugía plástica», reveló a la revista económica israelí Globe.
Benaim cuenta que la idea de llevar a la Selección Argentina nació en 2017, ni bien se clasificó al Mundial de Rusia, cuando se contactó con él Jorge Messi a través de su socio, el argentino Ariel Raber, y le preguntó qué se podía hacer.
«Nos dirigimos entonces a la empresa argentina Torneos, que es la que se encarga de los derechos de la Selección. Con ellos tenemos una excelente relación y mantuvimos conversaciones. Ellos querían saber detalles de nosotros y para eso se contactaron con la Federación Internacional de Basquetbol (FIBA), porque hicimos muchos eventos en el último año y supieron que también nos encargamos de organizar campeonatos de judo y eso los tranquilizó, y decidieron hacer este evento con nosotros», señaló Benaim.
En el contrato se indica que Messi, así como Sergio Agüero y Ángel Di María, «jugarán un máximo de 60 minutos», y que el partido tendrá una doble producción, la internacional, con patrocinadores globales, y la israelí, con auspiciantes locales.
Según Benaim, un excéntrico empresario que comenzó organizando congresos y que se lanzó a los megaeventos deportivos como las réplicas del Giro de Italia o la Vuelta de España en Israel, la relación con Messi comenzó el 3 de agosto de 2013, cuando el Barcelona visitó Israel en una gira que contó con el auspicio del Centro Shimon Peres para la Paz, relacionada con el fallecido poeta, escritor, ex presidente y dos veces primer ministro israelí.
Comtek quiso aprovechar las relaciones con el Barcelona para otro partido del equipo catalán en 2014 pero no lo consiguió. «Igualmente, la relación con el Barcelona y su dirigencia siguió siendo fluida», comentó Benaim, quien admitió que no fue nada fácil lograr la llegada del equipo argentino.
«Para este acuerdo de ahora hubo muchas empresas que intentaron intervenir. Yo no era el único que quería traer a Messi. Algunos buscaron cartas de representación. Nosotros esperamos salir hechos. Ninguno de nosotros tiene sueños de lucro. Queremos estar en ese lugar. Cuando lleguemos a cosas más importantes todavía, contará nuestra experiencia, aunque ojalá ganemos plata, pero ese no fue el objetivo, sino que el mejor jugador del mundo viniera y queremos seguir en contacto con él y con la Argentina para hacer otras cosas», insistió el empresario, que suele aparecer vestido con la «maglietta rosa» del Giro italiano en los medios de comunicación. Eso sí, si la Selección Argentina costó dos millones de dólares más gastos, el Giro costó 11,5 millones.
Y Benaim –cuya secretaria privada es la misma que antes lo fue del ex presidente Shimon Peres- promete también llevar el Eurobasket y organizar la Eurocopa sub-21 de fútbol en Israel, y remarca que las negociaciones para cerrar a la Selección Argentina tampoco fueron fáciles en su frente interno.
Desde el gobierno de Benjamín Netanyahu pretendían que el partido se jugara en el estadio Teddy Kollek (donde juega de local el Beitar Jerusalén, con capacidad para 34.000 espectadores) y como parte de los festejos de los 70 años de la independencia del país, que se cumplen en mayo próximo, pero todo quedó como un evento privado y se terminará jugando en el Sammy Ofer de Haifa (31.820 espectadores) y no en el tradicional Ramat Gan de Tel Aviv (41.583), donde la Selección Argentina ya jugó antes de cuatro Mundiales como cábala: en 1986 ganó 7-2, en 1990, 2-1, en 1994, 3-0 y en 1998 perdió 2-1 y ya se cortó la seguidilla.
Benaim finalizó contando que entre las concesiones de la AFA cuentan con el permiso para que la gente pueda acercarse a presenciar una sesión de entrenamiento liviano de la Selección el mismo sábado 9 de junio por la mañana «para poder concretar algún evento con chicos y que todos puedan ver a Messi de cerca».
Los boletos para entrar a la cancha para adultos estarán subsidiados, o sea entre 100 y 150 shekels (entre 28 y 42 dólares) y habrá descuentos especiales para los jóvenes.
Fuente Infobae
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