«Nosotros en Cromañón íbamos a tocar, no lo hicimos porque no estaba en condiciones», había dicho Ricardo Mollo hace pocos días. Sus declaraciones no cayeron nada bien en el entorno de los ex integrantes de Callejeros. El que salió al cruce del líder de Divividos fue Luis Lamas, compañero de Patricio Santos Fontanet en Don Osvaldo y sobreviviente de la tragedia en la que murieron 194 personas. Entrevistado por la revista MaviRock, cuestionó a su colega: «Yo tengo entendido que ellos no habían cerrado la fecha en Cromañón porque Killing, el mánager, no pudo ponerse de acuerdo con el costo del sonido del lugar. Ahora si no es como yo tengo entendido y no tocaron por lo que él está diciendo, entonces es algo muy grave. Tiene una responsabilidad ante la sociedad muy grande en su espalda porque podía haber evitado que esa tragedia ocurriera, y no lo hizo».
«Si Mollo la vio y no hizo nada, no fue a denunciar a la comisaría que está a seis cuadras que había un lugar tan inseguro, creo que al que no juzgan las leyes lo tiene que juzgar la sociedad», agregó e insistió en que un músico no podía tener conocimientos de seguridad en esa época.
Además, Lamas respondió que no le sorprendieron esas palabras del ex SUMO: «Yo sé que Mollo siempre tuvo una actitud bastante pacata. No nos olvidemos que en uno de los discos de Divididos, Viveza Criolla (2000), tiene en la tapa a su público con una bengala encendida. No nos olvidemos que hay videos de Divididos tocando en Cemento con el escenario lleno de velas, y es una persona que tiene dos muertos electrocutados en uno de sus shows en la costanera. Algunas personas se dejan llevar por las realidades que instalan los medios, pero que lo haga un tipo de las características de Mollo, me sorprende mucho».
Para Lamas el error está en seguir fijándose sólo en las bengalas y no en las condiciones del lugar: «Siguen haciendo foco ahí y no en que el dueño de un boliche pagó coimas para que estuviera habilitado. ¿Quién pagó las coimas para que el boliche funcionara siete años?». «Cómo puede ser que un tipo tan grosso y visionario no alertó del peligro de ese lugar a todas las bandas. No puedo creer cómo hizo él y su mánager para dormir tranquilos todos estos años. Dejemos de juzgar la reacción frente a una tragedia porque ninguno de todos estos eruditos del rock que hablan estuvo ante un hecho similar y lo han resuelto en menos de cuatro segundos. Pegarle al que está en el piso me parece un acto total de cobardía de un salame», concluyó.
