Fuente Infobae
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el arzobispo José María Arancedo, se refirió hoy al escándalo por los bolsos repletos de dólares que el ex secretario de Obras Públicas, José López, intentó esconder en un monasterio y se comprometió a que las autoridades eclesiásticas no actuarán con «corporativismo«, sino que estarán «abiertos a la verdad y la justicia» para determinar lo ocurrido en el convento de General Rodríguez.
«Todo lo que corresponda al ámbito de la Justicia lo necesitamos. La Iglesia y el país necesita una justicia independiente, como así también que -si hace falta o hay delito- tenga la sanción que corresponda», advirtió en diálogo con InfobaeTV el purpurado, al tiempo que subrayó que «la ejemplaridad de la Justicia es lo que necesita el país».
José María Arancedo evitó dar precisiones sobre los eventuales avances de la investigación que se puso en marcha para determinar si existe responsabilidad del fallecido obispo Rubén Di Monte y de las religiosas que estaban en el monasterio y terminaron salpicadas por el escándalo de los bolsos de José López. El proceso -de carácter eclesiástico- fue ordenado por el arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, con jurisdicción en la zona del monasterio de Monjas Orantes y Penitentes de General Rodríguez.
«Para la Iglesia es un tema que el obispo del lugar ya tomó cartas en el asunto y formó una comisión investigadora para ver qué es lo que pasó, independientemente de la Justicia. Como Iglesia se va a estar investigando lo que ha sucedido», consignó el presidente de la Conferencia Episcopal. Y agregó que no se ocultará nada «si la Iglesia ve que ha habido alguna irregularidad».
«Me duele y lo he dicho. Aunque sea una hermano obispo al que respeto aunque ya no está y lo recuerdo, no podemos tener un falso sentido de cuerpo ni negar si hay habido hechos que no corresponden, tenemos que ser muy claros», resaltó y agregó: «Cuando el corporativismo pierde el límite de la Verdad y la Justicia se encierra en sí mismo y deja de ser. la Iglesia está abierta al conocimiento de la verdad y al ejercicio de la Justicia», consideró.
Arancedo concedió la entrevista a InfobaeTV por el mensaje que el papa Francisco envió a la Argentina ante la proximidad, el 7 de agosto, de la festividad de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo. Se trata de una carta en la que, junto a la existencia de una alta desocupación en el país, el sumo pontífice alertó sobre la necesidad de recuperar la cultura del esfuerzo y el trabajo. «La sabiduría de nuestro pueblo usa un dicho para calificar a quien, pudiendo trabajar no lo hace: Ese vive de arriba. Y nuestra gente menosprecia a quienes viven de arriba, porque arteramente atisban en ellos una cierta falta de dignidad».
De hecho, esa frase fue recibida con satisfacción en el Gobierno, debido a que en los últimos diálogo mantenido entre el papa y funcionarios nacionales -como la canciller Susana Malcorra- hubo una especial preocupación por la recuperación de la cultura del esfuerzo y de que «todos recuperen la dignidad de ganarse el pan con el esfuerzo y el trabajo formal», y no mediante planes sociales que pueden limitar la libertad.
«Los que viven de arriba es una frase que usamos mucho en la Argentina. El que vive de arriba es el que no trabaja, es una persona descalificada socialmente, porque que no vive de su trabajo, que no es honesto, que tiene ingresos que no son los que surgen de su esfuerzo», afirmó el arzobispo de Santa Fe. Al mismo tiempo, recalcó que «en una frase que es muy propia de Francisco y señala que el trabajo es lo que a una persona lo presenta como socialmente como digna».
«Esta persona ha trabajado y lo que ha conseguido lo ha obtenido con esfuerzo. Ahora, al que ha trabajado, el papa Francisco le pide también la generosidad de compartir», consignó.