El presidente electo de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, celebró su victoria en la segunda vuelta de los comicios y prometió que cambiará «el destino» del país.
«Vamos juntos a cambiar el destino de Brasil, sabíamos para dónde estábamos yendo, ahora sabemos para dónde queremos ir, mi querido pueblo brasileño, muchas gracias por la confianza», expresó Bolsonaro en su primera manifestación pública, en Río de Janeiro, ni bien se conocieron los resultados.
El líder del Partido Social Liberal ganó las elecciones presidenciales con un 55,3 % de los votos y sucederá al mandatario Michel Temer el próximo 1° de enero, para gobernar el país hasta 2022, tras haber sido finalizado el 98 % del escrutinio.
«No podemos seguir coqueteando con el socialismo, el comunismo, el populismo y el extremismo de izquierda», afirmó Bolsonaro, acompañado de su esposa, en un discurso que brindó luego de una cadena de oraciones.
El excapitán del Ejército explicó que hará un gobierno para colocar a la mayor economía de Sudamérica «en un lugar de destaque». También se comprometió a seguir la Constitución brasileña, aseguró tener condiciones de gobernabilidad y garantizó que «todos los compromisos asumidos serán cumplidos«. «Estoy muy feliz. La misión no se escoge, ni se discute, juntos asumimos la misión de rescatar a Brasil«, sentenció.
Luego de una campaña en la que en varias ocasiones utilizó un tono confrontativo y violento, Bolsonaro llamó a la edificación de un «Brasil de diversas opiniones, colores y orientaciones». «Nuestro Gobierno será constitucional y democrático«, expresó en lo que pareció un mensaje a quienes lo acusan de ser autoritario y antidemocrático. En ese mismo tono, remarcó: «No hay brasileños del sur y del norte, somos todos una sola nación».
Tras revindicar el derecho de propiedad y hablar de la importancia de la creación de empleos y el equilibrio fiscal, aseguró: «Gobernaremos con el ojo en las próximas generaciones y no en las futuras elecciones». «Liberaremos al país del tinte ideológico que tienen nuestras relaciones internacionales. Dejaremos de estar lejos de las naciones desarrolladas», aseguró sobre la futura diplomacia brasileña.
«Somos un gran país, vamos a transformarlo en una gran nación», pidió, antes de cerrar su discurso con su lema de campaña: «Brasil por encima de todos, Dios por encima de todo».
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