Tras la polémica instalada en un sector del Vaticano sobre la figura de «los dos Papas», Francisco homenajeó hoy a su antecesor Benedicto XVI, al cumplirse 65 años de la ordenación sacerdotal del Pontífice emérito alemán y aseguró que «sigue sirviendo a la Iglesia».
«Usted, Santidad, sigue sirviendo a la Iglesia, no deja de contribuir verdaderamente con vigor y sabiduría a su crecimiento; y lo hace desde aquel pequeño Monasterio Mater Ecclesiae», le dijo este martes Francisco a Joseph Ratzinger, en la ceremonia que marcó el regreso del papa emérito al palacio Apostólico del Vaticano tras su renuncia del 28 de febrero de 2013.
En ese monasterio, en el que Benedicto XVI, de 89 años, vive dentro del Vaticano, «se revela de ese modo algo muy diferente que uno de aquellos rincones olvidados en los cuales la cultura del descarte de hoy tiende a relegar a las personas cuando, con la edad, sus fuerzas decaen», agregó Francisco.
«Es todo lo contrario; y esto ¡permite que lo diga con fuerza Su Sucesor que ha elegido llamarse Francisco!», agregó Bergoglio.
El encuentro entre el papa argentino y el papa emérito alemán se da luego de que el domingo, en el vuelo de regreso de su visita a Armenia, Francisco asegurara que «hay un sólo Papa», al refutar declaraciones recientes de Georg Ganswein, prefecto de la Casa Pontificia y secretario de Benedicto XVI, que sugirió la idea de un ministerio petrino compartido con un «Papa activo y otro contemplativo”.
Al respecto Francisco precisó con claridad que Benedicto XVI es el Sumo Pontífice Emérito, es decir, retirado; y con esto ha abierto la puerta a que haya en la Iglesia esta figura, de manera similar a los obispos eméritos que no existían hace varias décadas, e incluso destacó que Joseph Ratzinger le cuida «las espaldas» de presuntos complots en su contra.
«Hay un solo Papa», planteó tajante Bergoglio. Según Francisco, su antecesor «es fiel a su palabra y es un hombre de Dios, muy inteligente y para mí es el abuelo sabio en casa”.
En la ceremonia de este martes, anheló que Benedicto XVI siga sintiendo la mano de Dios misericordioso que lo sostiene, que experimente y testimonie el amor de Dios y que, con Pedro y Pablo, siga exultando con gran alegría mientras camina hacia la meta de la fe.
El pontífice emérito alemán, Papa entre 2005 y su renuncia efectivizada el 28 de febrero de 2013, aprovechó la ocasión para agradecer el homenaje y también para pedir «un mundo de amor y de vida, y no de muerte», en un discurso improvisado.