El ministro de Economía Martín Guzmán ratificó que la Argentina no mejorará la oferta de reestructuración de deuda a los acreedores, luego de que los tres grupos de bonistas informaran que sumaron más fondos de inversión y alcanzaron un volumen potencial capaz de bloquear cualquier acuerdo.
«Hemos hecho un enorme esfuerzo desde el punto de partida», dijo Guzmán a Bloomberg. «Comenzamos con las negociaciones hace unos meses, presentamos una oferta y luego en el contexto del Covid-19, que tuvo muy graves consecuencias para la economía, mejoramos mucho la oferta y llegamos a un punto que constituye el máximo esfuerzo que la Argentina puede hacer sin poner en riesgo los objetivos sociales que queremos cumplir», agregó.
La Argentina mejoró su oferta hasta los U$S53,5 por cada U$S100 nominales, mientras que los acreedores piden cobrar en torno a U$S56,5. Al ser consultado sobre la cercanía de ambas posiciones y por qué la propuesta no puede acercarse un poco más a lo que reclaman los bonistas, Guzmán replicó: «No son solo números en una hoja de cálculo, estamos hablando de vidas, familias, estamos hablando de las condiciones que tanto el sector privado como el sector publico de Argentina tendrán que enfrentar y lo que nosotros no queremos hacer es comprometernos a algo que no podemos mantener, queremos hacer promesas que podamos cumplir, sería poco realista seguir subiendo lo que prometemos pagarles a nuestros acreedores».
El lunes por la noche, los tres comités de acreedores, que decían tener poco más del 33% del total de la deuda a reestructurar, informaron que sumaron nuevos fondos de inversión y que ahora detentan entre el 50 y el 60% de las tenencias de los bonos, según las series. La Argentina fijó, en la última oferta, que el canje se llevará a cabo si se logra al menos el 50% de la aceptación.
«Pasar nuestro punto límite significaría no poder estar seguros de que podamos cumplir», insistió Guzmán.
El ministro indicó que la Argentina estaba dispuesta a discutir cambios legales en los contratos, bajo el paraguas del FMI y el G20, pero que no avanzaría en modificaciones de manera unilateral, que cambien el consenso que existe entre los países en materia de emisión de deuda soberana.
Sobre el déficit fiscal (la ampliación del Presupuesto enviada al Congreso contempla que el déficit financiero alcanzará los 10 puntos del PBI este año) Guzmán afirmó: «Estamos totalmente comprometidos a lograr la consolidación fiscal, pero tiene que ocurrir a un ritmo que le permita a la economía recuperarse».
Y reiteró que, luego de las negociaciones con los acreedores privados, el país avanzará en un nuevo programa con el FMI. «Esto va a pasar sea cual fuera el resultado con los acreedores privados», dijo Guzmán.
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