Encuentran una caja fuerte en una casa que fue de Ricardo Jaime y piden un allanamiento para abrirla

Ricardo Jaime está preso. Fue el primer ex funcionario kirchnerista que admitió ante la Justicia haber sido coimeado. Lo hizo antes de las elecciones presidenciales de 2015 y fue previa a la ley del arrepentido. Jaime había confesado mientras fue secretario de Transporte de Néstor y Cristina Kirchner, entre 2003 y 2009. Uno de los empresarios que le pagó coimas fue Néstor Otero, dueño de la Terminal de Ómnibus de Retiro. Se comprobó que Otero le abonaba el alquiler del departamento donde vivía Jaime. Y uno – el funcionario-tenía que controlar al otro-el empresario-.

Jaime está preso, condenado por la Tragedia de Once y en juicio oral y público por otros casos de corrupción. En el juicio oral y público que se realiza por el delito de enriquecimiento ilícito de Jaime siguen apareciendo cosas. El caso comenzó en 2008 fue elevado a juicio en 2016 y el debate se inició este año.

Jaime no pudo justificar una serie de bienes entre los que se encuentra una casa en el barrio cerrado Camino Real de San Isidro. Esa casa era a la que Jaime, mientras era funcionario, iba a descansar los fines de semanas que no viajaba a su Córdoba natal. La propiedad fue comprada por Raúl Omar Glories, cuñado de Otero, como apoderado de María Filomena Pffafen, la madre de Silvia Reyss quien por entonces era pareja de Jaime.

Dos detalles no menores. Pffafen vivía en Río Gallegos, provincia de santa Cruz y le quedaba un poco lejos la casa de fin de semana en San Isidro. Y la compra se hizo mientras el entonces secretario de Transporte y el empresario negociaban la extensión del contrato de explotación de la Terminal de Ómnibus de Retiro que Jaime le facilitó a Otero hasta 2015.

El 7 de abril de 2006 Glories pagó 450.000 pesos (equivalentes a 150.000 dólares) en efectivo por una casa con pileta en el lote 99 del barrio Camino Real. La compró como apoderado de Pfaffen, una anciana santacruceña que cobraba 1250 pesos de jubilación por mes. El 15 de mayo Otero y Jaime firmaron un acta acuerdo mediante el cual sellaban lo que iba a ser la renovación de la concesión hasta el año 2015. Por supuesto que en condiciones favorables para la empresa que además de brindarle la casa en Camino Real, le había pagado desde 2003 el alquiler del departamento donde vivía el ex secretario de Transporte. La renovación de la explotación fue confirmada por el decreto 1962 que firmó Néstor Kirchner el 28 de diciembre de 2006. Aunque fue firmado el Día de los Santos Inocentes, se publicó el 10 de enero de 2007.

Aquella extensión sigue vigente porque el macrismo le mantuvo el millonario negocio a Otero, a pesar de haber estado involucrado en el pago de las coimas a Jaime.

El fiscal Carlos Rívolo, que acusó a Jaime de enriquecimiento ilícito consideró tanto a Pffafen como a Glories como testaferros del ex funcionario. Pffafen nunca pudo ser indagada por cuestiones de salud y a Glories fue procesado primero y luego quedó fuera de la investigación debido a que prescribió la causa en su contra.

El juez que tenía la investigación hasta octubre 2012 fue Norberto Oyarbide quien decretó una inhibición general de bienes y embargo de Jaime y sus parientes en abril de 2010. Pero la casa en San Isidro apareció recién unos meses después en el expediente. Fue allanada en febrero de 2011 y se descubrió que allí vivían Jaime y Reyss y no Pfaffen. La propiedad no fue embargada entonces.

Desde el 12 de octubre de 2012 el juez a cargo del caso fue Sebastián Casanello. Quien procesó a Glories y embargó la propiedad en 2014. A Pfaffen no se la pudo indagar nunca. En la investigación patrimonial destinada a fortalecer la acusación durante el juicio oral y público la fiscal Gabriela Baigún descubrió que esa propiedad fue vendida dos veces desde el año 2012 hasta ahora.

Unos días después que asumiera en el juzgado Casanello, Reyss en nombre de Pfaffen le vendió la casa de fin de semana que no estaba embargada a Marco Brunetti presidente de la firma Cerámica Santiago, una empresa dedicada a la construcción con sede central en Santiago del Estero y sede en Córdoba.

El equipo de la fiscal Baigún detectó una relación entre Jaime y esa empresa que compró la casa: el ex funcionario usaba un auto que estaba a nombre de esa compañía. La sospecha es que esa operación fue un pasamanos o una simulación para luego volver a venderla.

El 31 de octubre de 2012 Reyss en nombre de su madre firmó la escritura por la cual vendía la casa en 1.350.000 pesos (287.000 dólares de entonces). Brunetti pagó con un cheque de 300.000 pesos y el resto se iba a abonar en 12 cuotas. Contra la deuda se inscribió una hipoteca.

Pero pocos meses después, el 6 de febrero de 2013, Cerámica Santiago le vendió la casa en 1.500.000 pesos (303.000 dólares) a Francisco Ingouville, quien según los investigadores, habría comprado la casa de buena fe.

Llamativamente en enero de 2013 se canceló la hipoteca y Reyss manifestó en una escribanía que Cerámicas Santiago le había pagado la deuda antes de tiempo.

Para los investigadores judiciales suena raro que se pacte una deuda a un año, se pague en poco tiempo y enseguida la propiedad sea vendida nuevamente. Un nuevo indicio de que la venta de Pfaffen a Cerámica Santiago pudo haber sido una maniobra para blanquear dinero de los Jaime.

En el juicio oral declararon varios de los involucrados en la compra venta de la casa: la escribana que hizo las escrituras, Glories, y el actual propietario.

Glories que fue sobreseído por prescripción, no recordaba mucho de aquella operación de 2006. Dijo que no conocía Pfaffen pero que un escribano amigo le pidió que comparar la propiedad como apoderado. El escribano ha muerto y no puede aportar datos. Aseguró que no sabía qué casa iba a comprar y que el dinero se lo mandó una señora del sur que no podía viajar a Buenos Aires con un intermediario. Dijo que el que le llevó la valija con 450000 pesos era un tal jorge que trabajaba en una empresa de ómnibus. Pero que antes de ese ese día no lo había visto jamás. No sabía dónde quedaba la inmobiliaria donde firmó los papeles, en resumen el cuñado de Otero, que coimeaba a Jaime, compró como apoderado de una persona que no conocía y recibió una valija con plata de otro desconocido. Una operación de lo más habitual en el mundo de los negocios inmobiliarios. La fiscal Baigún -quien durante la audiencia perdió la paciencia ante las evasivas de Glories-le preguntó si muchas veces en su vida había comrpado algo como apoderado de alguien a quien no conocía. La respuesta fue que aquella de 2006 había sido su única vez. Lo que sí recordaba Glories en medio de su mar de ¨no me acuerdo¨es que Otero no le pidió que comprara esa casa para quien era la suegra de Jaime.

En su declaración ante el Tribunal Oral Federal 6, donde se realiza el juicio, Ingouville explicó cómo compró la propiedad y les contó a los jueces algo novedoso: había en el vestidor de uno de los dormitorios una caja fuerte que él nunca había abierto. Le pedían 1000 dólares por abrir el cofre y consideró que era mucho dinero. Pero en el juicio oral avisó de la existencia y llevó fotos para respaldar sus dichos.

Según fuentes judiciales que asistieron al allanamiento de la casa en Camino Real en 2011 no existía aquella caja fuerte. Algo que fue confirmado por la primera dueña en su declaración en el juicio. Por lo tanto, dedujeron, fue instalada por Jaime.

Ante la posibilidad de hallar algo relevante para la causa-se estima que no encontrarán valores ni nada por el estilo- la fiscal Baigún le pidió al Tribunal un allanamiento para que se abra la caja fuerte.

Once años después de iniciada la investigación sobre los bienes de Jaime, que fue elevada a juicio en 2016, se siguen descubriendo maniobras sospechosas en torno de los bienes millonarios de alguien que no pudo justificar la riqueza que súbitamente adquirieron los que lo rodeaban mientras él hacía negocios oscuros en la secretaría de Transporte.