Por Juan Pablo Suárez
En abril del año 2005 asumía un Gerardo Zamora con 40 años, una cara mucho más fresca y colorida a la que posee actualmente. Ese hombre joven de rostro abuenado era la antítesis del viejo caudillo peronista demonizado y debilitado por las circunstancias, todo hacía parecer que una nueva forma de hacer política llegaba a Santiago del Estero. Sin embargo y a poco de andar, comenzó a demostrar lo que sería una constante en el ejercicio del poder.
El mendocino naturalizado santiagueño que había llegado casi por error a ese lugar luego de traicionar a José Luis Zavalía haciéndose así del municipio capitalino, observó impávido la caída del “Tata” y entendió que la gente luego de 50 años estaba hastiada del peronismo empobrecedor como sistema de gobierno, por lo que se mostró durante la campaña como el signo de la nueva política.
Lo que sucedió en los hechos
El caribueno mutó con los años y con la palidez que fue llegando progresivamente sus actos por el contrario se fueron oscureciendo y es hasta el día de hoy Gerardo Zamora le debe a los santiagueños explicaciones que van desde lo más básico hasta lo más intrincado, es decir, desde una simple declaración jurada de bienes hasta la forma en la que murió Raúl Domínguez. Pero en el medio hay otras cuestiones además, los muertos del penal, las causas armadas, el funcionamiento dependiente de la justicia, el poder legislativo como escribanía del poder ejecutivo.
La persecución hace algunos años a los trabajadores de la salud utilizando a los servicios, los policías exonerados que hasta la fecha claman por sus derechos, los chicos de las vacunas muertos por los protocolos utilizados como cobayos de laboratorio, la cárcel ocurrente y oportuna para sus detractores y los que osaban contradecirlo o enfrentarlo.
Las obras faraónicas que permitieron retornos para sí y para la corona es así que llegaron las Torres Gemelas, el dique Figueroa, el de Villa la Punta, el de Tuama, tendría que dar ademas explicaciones por el autódromo más obsceno de Latinoamérica por el que manda a esconder detrás de nylon negro las casas-rancho y a secuestrar los carros con tracción a sangre, por noches de glamour en carpas calefaccionadas bien regadas de champagne con figuras de reconocimiento nacional y mundial y a sólo metros de ahí 25.000 almas clamando por una mejora salarial y un poco más allá gente sin comida, agua, luz ni gas, por los aviones privados de los que se abusa a diario en compras de shopping y paseos hacia la Capital Federal.
Por los recibos de sueldos con el descuento total de sus haberes a los docentes que protestaron y pararon. Por todo y por mucho más el albino ha perdido gran parte de su popularidad.
En 2017 elecciones y enfrentamiento con su peor enemigo
El año entrante habrá elecciones para gobernador de la provincia de las que ya se dice que habrá adelantamiento, y es que él sabe que el tiempo le juega en contra, día que pasa día que pierde. Habría que imaginarse cómo será la campaña en el interior de la provincia, cuando llegue a Termas y explique o mejor dicho prometa mejoramiento de la salud, cuando el hospital zonal se parece más a una UPA pero el que se encuentra dentro del Autódromo tiene la máxima complejidad. Qué les dirá a los ciudadanos de Loreto a los que les niega el agua sólo por haber cortado la ruta y que en vez de camiones cisterna les mandó infantería.
Será interesante observar cómo camina la geografía santiagueña el Dr. Gerardo Zamora, cómo se plantará ante el otro, ese al que no mira a los ojos desde la última campaña, ese que podría hacerlo pasar un papelón en cualquier momento o en cualquier lugar echándole en cara promesas incumplidas, aprietes innecesarios, persecuciones desmesuradas, amenazas veladas y todo lo realizado durante sus 2 ejercicios y el de su mujer que también le es propio. El ex gobernador, actual por carácter transitivo y futuro según las posibilidades, se enfrentará en un tiempo más a quien más atenta en su contra ya que habiendo detallado someramente algunas hechurías entendemos que para Zamora EL PEOR ENEMIGO ES ZAMORA.
