Para ninguno de los vecinos de la zona norte de la cuidad y los usuarios
del servicio de la línea 110 es sorpresa, las largas esperas, los coches
abarrotados, aumentos desmedidos del costo del boleto. Esto sucede año tras
año. En el mes de septiembre del año pasado los anuncios de la intendenta
de la incorporación de nuevas unidades, genero mucha expectativa de mejora
del servicio para los vecinos de este sector e la ciudad, aunque no mejoró
sustancialmente.
Este año, la crisis del trasporte se ha agudizado en el contexto de la
pandemia del COVID -19 ya que después de haber estado suspendidos al inicio
de la cuarentena, no ha variado el servicio a fines de Julio, ya en fase 5
y luego de haberse incorporado casi todas las actividades económicas, el
comercio y de servicio. El transporte público llega a agosto sin
incrementar la cantidad de coches en circulación, ni la frecuencia y con
conflictos entre los choferes y empresarios de trasporte por el
incumplimiento en el pago de salario a los trabajadores.
“Los vecinos padecemos diariamente esperas de entre 1 hora y media y 2,
colas largas donde es muy difícil que pueda respetarse cualquier protocolo
sanitario, porque tampoco hay un organismo que controle ni la frecuencia,
ni las colas. Es difícil también poder cumplir con los horarios de entrada
al trabajo, turnos médicos etc” señala una vecina de la zona.
Es los medios locales se ha dado a conocer la noticia de que se aprobó un
protocolo de retorno a clases para el 18 de agosto. Además de las
condiciones sanitarias que deben garantizarse, como se hará para garantizar
el trasporte público tanto para docentes como para alumnos?. Se pregunta la vecina
“El trasporte público de pasajeros es un servicio público necesario e
indispensable para la población , y es por eso que por ley debe
garantizarse, y es responsabilidad del Estado” concluye indignada.
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