Justo dos días después de que terminara la históricacumbre en el Vaticano contra la pederastia, el cardenal australiano George Pell se convirtió en uno de los mayores representantes de la Iglesia católica en ser declarado culpable de abuso sexual infantil.
La corte de Melbourne declaró al cardenal, de 77 años, culpable de un cargo de agresión sexual y de otros cuatro cargos de atentado contra dos monaguillos que entonces tenían 12 y 13 años, por hechos ocurridos en la sacristía de la Catedral de San Patricio de Melbourne en los años 1990.
La decisión fue tomada por unanimidad del jurado el 11 de diciembre pero este no pudo divulgarse oficialmente por razones legales. Pell, que se encuentra en libertad condicional a la espera de la sentencia, se enfrenta a una posible condena de unos 10 años de cárcel.
Consejero entre sospechas
El cardenal, de 77 años, fue hasta el año pasado uno de los más cercanos consejeros del papa Francisco. Sin embargo, al que era considerado «número 3» de la curia romana, tras el papa y el secretario de Estado, le persiguió la sospecha por los casos de pederastia en el seno de la Iglesia católica en Australia, varios cometidos en Ballarat.
En 2002, cuando era arzobispo de Sidney, un hombre aseguró que fue abusado sexualmente por él en 1961, cuando tenía 12 años y Pell estaba formándose para ser sacerdote.
En marzo de 2016, Pell reconoció que en la década de 1980 existía «un mundo de crímenes y encubrimientos» en la Iglesia católica para proteger a la institución, pero negó tajantemente haber abusado de algún nene.
Así lo declaró como testigo en la comisión especial que investigó la pederastia en las instituciones australianas y que concluyó en un informe que un 7% de todos los sacerdotes abusaron en Australia de menores a su cargo entre 1960 y 2015.
Esta misma comisión reveló que en la década del 70 había en Ballarat una red de sacerdotes pederastas. La Policía australiana presentó cargos el 29 junio de 2017 por pederastia en el tribunal contra el cardenal, que ese mismo día pidió apartarse de su cargo para demostrar su «inocencia».
De momento, fue declarado culpable en un primer juicio, mientras que un segundo, por supuestos abusos cometidos en las década de 1970 en Ballarat, fue sobreseído por falta de pruebas.
Pell es un conservador que en el pasado mostró su oposición a la ordenación de mujeres, al divorcio y al aborto, y que al menos en una ocasión rechazó dar la comunión a homosexuales durante una misa.
El cardenal fue el primer dirigente católico en abordar los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia australiana, con la puesta en marcha en 1996 de un programa de compensaciones económicas, aunque recibió críticas por no dar suficiente apoyo a las víctimas.
Queda pendiente la reacción del papa Francisco, mientras que Pell continúa con el cargo de «ministro de Economía» según la página web del Vaticano.
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