La familia Aguirre vive en Puesto Soraires, departamento Rio Hondo desde hace más de 60 años y desde el 2001 conviven con la muerte a menos de 20 metros. Empresarios sojeros fumigan con glisofato, a pesar de las constantes advertencias de diversos organizamos e inclusive del propio gobierno nacional, ellos continúan con su propósito sin importar absolutamente nada.
En este marco, Última Hora Diario, habló con Melissa Soledad Aguirre y cuenta en carne propia el cómo se convive con la contaminación:“Sufrimos las fumigaciones de un empresario, a pesar de la pandemia ellos seguían fumigando. La semana pasada por ejemplo, empezaron a fumigar, había una brisa que llevaba todo para nuestro hogar, vino la policía y le pidió que cese la actividad, sin embargo una vez que se fueron y continuaron”.
“Mi hermana que está embarazada, el día domingo estaba durmiendo cuando empezaron a fumigar, de tan fuerte que era el olor se levantó”. En la familia viven menores de edad y lamentablemente uno de ellos sufre la consecuencia de este episodio: “Uno de mis hijos tiene bronquitis aguda, cuando comenzaron la fumigación empezó nuevamente con la tos, en mi caso tengo una picazón en la garganta”.
“Mi padre tuvo Covid-19, y además una neumonía bilateral estuvo un mes en cama, casi se me muere, cuando logra recuperarse tiene que volver a su hogar, pero estas personas siguen con la fumigación que puede afectar su salud, no me parece justo”.
“La pediatra de mi sobrina nos dijo que ella se enfermaba a causa de las fumigaciones, los médicos nos recomiendan que vendamos la casa y nos vayamos del lugar, este problema se extiende por todo el departamento Rio Hondo y el departamento Jiménez”.
La familia Aguirre sigue su lucha por llevar a cabo una vida digna, en esta lucha tienen muchos aliados entre ellos el padre Sergio Rafelli, quien constantemente se encuentra en la zona dando a conocer la situación.
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