Hace 50 días que el crimen de Marito Agustín Salto se encuentra sin esclarecer, el pueblo quimilense está cansado de tantas mentiras por parte de la justicia y principalmente de la policía local. Como consecuencia del mal desempeño policial, en la tarde de ayer los lugareños coparon calles en forma de protesta y se manifestaron frente a la Jefatura de Policía.
Como es debido, cada vez que se realiza una marcha la misma es custodiada por agentes de la policía y personal de seguridad vial, sin embargo esta vez el Estado estuvo totalmente ausente, «entre los que participamos de la marcha tuvimos que hacer de agentes de transito, detener vehículos y demás», aseguraron varios ciudadanos.
Además fuente inobjetables confirmaron que durante la protesta familiares del niño brutalmente asesinado tuvieron que ser asistidos por médicos ya que según informaron se desmayaron frente a la policía. Es importante decir que también estuvieron presentes los hermanos Ocaranza, quienes pasaron más de un mes en prisión acusados de ser los autores del crimen, pero finalmente fueron liberados debido a la falta de pruebas contra ellos.
«Volveremos las veces que sean necesarias, trabajen como corresponde. Quimilí respeta el uniforme azul pero no somos tontos, los queremos en la calle, los queremos trabajando», se escucha decir a Marta Salto, tía de Marito y quien encabezaba la protesta.
Vale aclarar que hace varias semanas que la familia Salto intentaba denunciar penalmente al Comisario Mayor Celiz por su mal desempeño, pero debido a la falta de colaboración por parte de la policía la misma nunca podía concretarse.
Afortunadamente a causa de lo que pasó ayer en Quimilí, Celiz fue destituido de su cargo. Por su parte los manifestantes indicaron «Dijimos basta a tantas mentiras, fue posible que la Familia de Marito pueda realizar la denuncia que nunca pudo hacer en contra del Comisario Celiz. Él fue sacado de Quimili y ojalá no vuelva más ni tampoco vaya a ningún otro pueblo».
Por su parte el intendente Omar Fantoni había comunicado que desde la municipalidad le brindarían un subsidio a la familia de Marito, esa ayuda fue calificada como una «burla» ya que sólo aportaron $2000, cifra escueta ante tantos gastos que debe afrontar esa familia.
Hoy los Salto cocinan y venden empanadas para recaudar fondos y así poder pagar a sus abogados, a los peritos de parte, comprar pasajes ya que deben viajar regularmente a Capital y un sin fin de gastos más.
