En el Congreso Eucarístico que se llevará a cabo en Tucumán voceros del Vaticano solicitaron la restricción de periodistas mujeres cerca del cardenal Giovanni Battista Re. En el marco de la apertura del XI Congreso Eucarístico Nacional (CEN) en el Teatro San Martín. La Asociación de Prensa de Tucumán repudió el hecho.
Desde el área de comunicación informaron esta mañana que «el jueves a las 11 habrá un acto protocolar entre autoridades gubernamentales y el legado pontificio. Entrará poca prensa, deberán ser varones e ir vestidos de pantalón de vestir, camisa, saco y corbata. Lo pide el protocolo del Vaticano, no entrarán si no van así».
La Asociación de Prensa de Tucumán (APT) realizó un comunicado en donde expresó «su más enérgico repudio a la medida discriminatoria adoptada por la delegación del Vaticano contra las mujeres periodistas que trabajan en la cobertura del XI Congreso Eucarístico Nacional». Prosigue la denuncia: «La APT, gremio de las trabajadoras y trabajadores de prensa de la provincia, exige a las autoridades que respeten y hagan respetar el derecho de todos y cada uno de los afiliados a desarrollar sus tareas con normalidad y con la libertad que por derecho les corresponde».
«La discriminación por identidad sexual va en contra de las leyes en vigencia y lesiona gravemente los principios de igualdad de derechos que viene impulsando nuestra sociedad, una lucha en la cual la APT y sus afiliados están comprometidos plenamente, por considerar que toda forma de segregación contra la mujer representa un hecho de violencia contra ella. Recordamos que en fecha reciente la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz de Corrientes, frente a un femicidio cometido en esa provincia, reiteró el rechazo de la Iglesia a ‘cualquier forma de violencia y discriminación contra la mujer'» expresaron.
«Por su parte, el teólogo español Juan José Tamayo, en una de sus más recientes conferencias, expresó que ‘en el cristianismo histórico y cultural existe toda una serie de símbolos y hechos que utilizan a las mujeres como objetos y las relegan y discriminan. Creo que esto ya es un ejercicio de violencia. La Iglesia Católica no denuncia de forma suficiente y con regularidad la violencia de género. Hablar de derechos humanos con la incoherencia vaticana es una imposibilidad formal'» concluye.