Por Juan Pablo Suárez
Viendo las fotos que ilustran la nota damos cuenta de que volveremos a escribir en el mismo sentido que lo venimos haciendo hace casi 10 años, es que las fotografías en innumerables oportunidades dicen más de lo que muestran, hablan aunque no estén tituladas, más, mucho más que mil palabras.
Y es que en Santiago del Estero «CAMBIEMOS» (PRO-UCR) fue durante la campaña la imagen de la nueva política, de fotos que no se repetirían, de políticas que no volverían, de formas que no se usarían, en fin… el término de una etapa y el comienzo de una nueva. Sin embargo, estamos aquí sentados ante dos tiempos que parecen ser uno sólo, de un país que se fue pero que promete volver, mientras tanto y en el medio, los Zamora ayer con De Vido y hoy con Frigerio se amoldan a los tiempos y caminan hacia adelante sin un ápice de dignidad, sin pertenencia ideológica o partidismo alguno, son a toda vista entelequias, no les interesa trascender más allá del poder, porque el poder para ellos es un medio y también su fin.
Tampoco tienen definido lo que son. Hace un par de días Zamora festejó el aniversario del centenario partido desde la sede provincial histórica que mantiene ocupada y sin posibilidad de acceso a ningún radical de paladar negro, días después se lo pudo observar cantando la marcha peronista con Gioja de un lado e Insfran a su siniestra, es una especie de hermafrodita político.
No es peronista pero aparenta querer serlo y es radical aunque sólo su espejo le devuelve la imagen de uno, para los demás es un traidor. Así puestas las cosas entendemos que no hay valor para el zamorato, sólo hay precio, uno que siempre están dispuestos a pagar sin importar lo que haya que hacer ni con quien, siempre estarán dispuestos si el resultado es la perpetuación.
Ricardo Cendoya, la otra pata del contubernio
Se define peronista y eso explica la otra parte de esta especie de prostitución cruzada. Desde que llegó a Santiago del Estero todo decía que operaría para fortalecer a Cambiemos comenzando a trabajar el plano político, construyendo una fuerza alternativa definiendo el perfil de un nuevo líder para candidaturas futuras y presentar así una opción superadora que venga a ser una especie de modernidad.
Sin embargo y sólo a meses de llegar se decidió por la mas fácil, hacer estallar por los aires a «CAMBIEMOS» local para abrochar después con Gerardo Zamora y Claudia Ledesma, una solución que a priori era la más conveniente, pero que al final comienzan bien temprano a desfigurar la imagen de Macri tanto en Santiago del Estero como en Tucumán. Eso, eso es peronismo puro. Ahora los muertos de Zamora, serán los muertos de Macri y los robos de De Vido serán de la autoría del mandatario nacional, porque comprar al ex gobernador es adquirirlo completo con sus votos, sus artes y sus INTERFECTOS.