Luego de casi cuatro horas de reunión, y tras días de tensiones y cruces, diputados nacionales del oficialismo y de las distintas bancadas opositoras en Diputados avanzaron en un principio de acuerdo para convocar a una sesión la semana que viene y retomar así la actividad legislativa por primera vez desde el brote de coronavirus.
En los próximos días los bloques reglamentarán un aspecto central del plenario de la Cámara Baja: cómo funcionará el esquema de sesión «mixto» que permitirá a la mayoría de los diputados participar de forma remota y con la presencia de jefes de bloque que podría incluir además un grupo reducido de legisladores. Para determinarlo, la discusión pasará por cuestiones técnicas.
El Frente de Todos llegó a la reunión convocada por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, en el salón Delia Parodi del Palacio Legislativo, con la propuesta de sesionar directamente sin necesidad de reformar el reglamento, pero chocó con la intransigencia de un sector mayoritario de Juntos por el Cambio, que exigía una sesión exprés presencial.
La negociación tuvo sus idas y vueltas pero terminó por diagramarse un esquema de sesión mixta: presencia en el recinto de los jefes de bloque y el resto de los congresales debatiendo y votando por videoconferencia. Un sector opositor propuso que además haya un grupo de legisladores más de forma presencial, que no supere el 30% del total.
El temario y la fecha de la sesión sigue abierto, en tanto que se avanzó en la resolución de las condiciones para llegar a esa primera sesión del período ordinario: la comisión de Modernización, que se reúne este martes, elaborará un protocolo para sesiones excepcionales mixtas, y la comisión de Peticiones, Poderes y Reglamentos dictaminará la reforma del reglamento. Todavía resta resolver un punto que la oposición dejó en claro: quieren que se establezca que este mecanismo durará solo hasta que termine la emergencia sanitaria por la pandemia.
Ese paquete sería luego refrendado por Labor Parlamentaria, donde también se acordará que las sesiones excepcionales mixtas tengan una vigencia de un mes prorrogable, una propuesta que hizo llegar Sergio Massa y que fue bien recibida por el resto.
Este lunes el cuerpo médico de la Cámara de Diputados desaconsejó llevar a cabo sesiones presenciales en el Congreso. A través de un informe presentado a los presidentes de bloques e interbloques, los especialistas justificaron su posición a raíz de las «dimensiones del recinto», que impedirían el cumplimiento de las medidas de prevención establecidas ante la pandemia.
Fue uno de los argumentos del Frente de Todos durante la reunión de Labor Parlamentaria para solicitar nuevamente la implementación de sesiones virtuales, una alternativa con la que Juntos por el Cambio se había mostrado en desacuerdo.
«En cuanto a la necesidad de atender la continuidad del trabajo parlamentario, se renueva la recomendación y se insiste en hacer uso de la modalidad remota, tanto para la discusión como para el tratamiento de cada uno de los proyectos presentados», dice el informe de diez carillas firmado por el director del cuerpo médico de la Cámara, Marcelo Halac.
Además, en el texto se «desaconseja la realización de reuniones plenarias presenciales del cuerpo legislativo». De esta forma, advierte que de llevarse a cabo un encuentro de estas características «se debieran definir pautas de trabajo que permitan conservar el distanciamiento social de 2 metros«.
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