La capital chilena amaneció con una noticia que supo alarmar a la opinión pública. Es que al menos tres templos católicos ubicados en la región Metropolitana de Santiago fueron gravemente dañados y quemados. «Queman iglesias en la previa a la visita del Papa Francisco», titularon medios gráficos del país trasandino y, a raíz de lo acontecido, Cristian Cárdena -cura de la incendiada parroquia Emmanuel del municipio de Recoleta- brindó su punto de vista al respecto.
«Fueron bombas incendiarias de alta combustión», detalló sobre los aparatos explosivos que detonaron alrededor de las tres de la madrugada y que dañaron ventanales y puertas de acceso a la iglesia. Vale destacar que lo mismo sucedió en la Capilla Cristo Vencedor de Peñalolén donde otro artefacto explosivo provocó graves daños tras su detonación.
Como si esto no fuera suficiente, los desconocidos atacantes también lanzaron amenazantes panfletos dirigidos al Sumo Pontífice quien arribará el próximo 15 de enero a Chile. «Los panfletos decían que esto que le pasó a la parroquia le va a pasar al Papa en su sotana», subrayó Cárdenas en diálogo con Radio 10.
A pesar de los violentos hechos, el cura de Recoleta enfatizó: «Nuestra expectativa de la visita del Santo Padre no decaerá». Y, en este sentido, añadió: «El Papa viene a transmitir una visión de paz». Escasas horas más tarde, el presidente electo, Sebastián Piñera, también se ocuparía de condenar los ataques por medio de Twitter.
Destacó la importancia de recibir a Bergoglio «con alegría y en paz» al tiempo que dijo: «Condeno los actos de violencia contra Iglesias de Peñalolén, Estación Central y Recoleta». Lo cierto es que el Gobierno chileno anunció que presentará una querella contra los que resulten ser responsables de los atentados, de quienes aún no se tienen noticias.