Entero a pesar del dolor, el periodista Enrique «Quique» Sacco salió este mediodía a la puerta de la legislatura porteña, donde desde ayer se velaba a su pareja, Débora Pérez Volpin, y agradeció las muestras de amor y apoyo que recibieron desde que se conoció la muerte de la periodista y legisladora. «Le agradezco a los remolones», dijo en alusión a la palabra que la periodista solía usar por la mañana en su programa, Arriba Argentinos. En una muestra de unión y amor, salió acompañado por los dos hijos de Pérez Volpin, Luna y Agustín, y el padre de ellos, Marcelo Funes.
Tras agradecer el afecto, el respeto y el amor, agregó: «no podemos entender como nos ha cambiado la vida».
Visiblemente devastado, Sacco aseguró: «no tenemos rencores, no tenemos deseos de venganza. Lo único que queremos es saber la verdad», dijo en referencia a lo que sucedió la tarde del martes. Ese día, la flamante legisladora se sometió a una endoscopia, un procedimiento de rutina, y terminó muriendo de un paro cardíaco. El caso es ahora investigado como «homicidio culposo» y la autopsia dio cuenta de cortes en el esófago y estómago de la mujer, de 50 años.
El mensaje de Sacco marcó también el fin del velatorio, tras dos jornadas en las que miles de personas, entre ellos televidentes, políticos, artistas y periodistas, se acercaron a la Legislatura Porteña, para despedir a la querida conductora y legisladora. En minutos comenzará el cortejo funebre rumbo al Cementerio de la Chacarita.
Detrás de Sacco también estaba la periodista Melina Fleiderman, actual pareja de Funes, quien en las últimas horas se expresó sobre lo sucedido y resaltó el amor y afecto que todos se tenían. En esa misma línea fue Sacco hoy. «Estaba enamorado de una mujer maravillosa», dijo y remarcó que estaba infinitamente agradecido a personas que habían viajado desde distintos puntos para despedirse de ella.