Mauricio Macri firmó un nuevo comunicado que advierte que las libertades están amenazadas por gobiernos que usan el coronavirus “como un instrumento de control y autoritarismo”. El documento se titula “Cuidemos la Democracia para que no sea víctima de la pandemia” y está suscripto además por el senador nacional del Frente de Todos Jorge Taiana.
El texto fue respaldado por más de 160 líderes políticos de América Latina, incluidos 21 expresidentes y exmandatarias de la región, dos Premios Nobel y autoridades de importantes organizaciones. Es una declaración conjunta de IDEA Internacional, la Fundación Fernando Henrique Cardoso y la Fundación Democracia y Desarrollo por el Día Internacional de la Democracia.
Pide cuidar “el presente y el futuro de la democracia” y expresa preocupación por el “momento de inflexión en el devenir del mundo” y de América Latina que se atraviesa por la pandemia, que expresa que “genera amenazas y oportunidades”.
Alerta que “existen riesgos latentes” si no se actúa con celeridad de que se pueda producir “un grave deterioro democrático”. Plantea que la región “más que nunca, requiere una democracia resiliente y de calidad, sustentada en una política y un liderazgo con visión de futuro”.
Manifiesta que América Latina “es una de las regiones del mundo más afectadas por la pandemia, con algunas de las tasas de mortalidad más altas por la COVID-19 y con cuarentenas generalizadas que han contribuido a una de las peores recesiones económicas en décadas”.
Afirma que “en la raíz de las debilidades de las sociedades latinoamericanas están las varias dimensiones de las desigualdades sociales y los aún altos niveles de pobreza”. Sostiene que la pandemia “las desnudó e intensificó, aumentando el riesgo de que la región sufra otra década perdida en términos económicos y un fuerte retroceso en lo social”.
Señala que la crisis “representa un campanazo de alerta que demanda la necesidad de impulsar medidas dirigidas a superar los actuales niveles de desigualdad, pobreza e informalidad”. Advierte que estas variables “constituyen no solo el principal obstáculo al desarrollo sino también el caldo de cultivo para las ‘soluciones’ populistas y/o autoritarias”.
Las organizaciones que impulsan el mensaje advierten sobre las facultades especiales que les dio la pandemia a los presidentes de los países de América Latina. Recuerdan que “un denominador común ante la crisis gestada por el coronavirus es que el Poder Ejecutivo ha visto incrementada su responsabilidad, pero también sus atribuciones”.
Manifestaron que “en el ejercicio de esos poderes, en numerosos países de la región, se han decretado leyes de emergencia para combatir la pandemia” y que “es fundamental que no se rompa el equilibrio de poderes”. Pidieron que los poderes Legislativo y Judicial ejerzan sus funciones y garanticen “los equilibrios institucionales de un Estado democrático”.
Sostuvieron que la emergencia que genera la pandemia “no debe ser vista como un cheque en blanco para debilitar los controles y la rendición de cuentas, ni socavar la lucha contra la corrupción”. Indicaron además que “si la pandemia obliga a aplazar determinadas elecciones, estas decisiones deberán hacerse por razones estrictamente sanitarias y estar basadas en un amplio consenso político-social”.
Recordaron que la democracia “ya enfrentaba una situación social turbulenta y una gobernabilidad compleja” por reclamos como una mejor calidad de vida y de servicios públicos, el pedido de las mujeres por igualdad y respeto y la problemática del cambio climático y la expansión de Internet universalizando el debate político y social, “pero también diseminando fake news y discursos de odio”.
Consideraron que el futuro político de la región “estará marcado por la nueva práctica comunicacional” y que “en el nuevo ambiente será aún más esencial elevar la calidad de la formación ciudadana, tanto en la recepción como en la difusión de mensajes”. Dijeron que será necesario “evitar que el creciente flujo de datos que está en manos del Estado para hacer frente a la emergencia sanitaria sea utilizado por los gobiernos como un instrumento de control y autoritarismo”.
Cuestionaron que haya “economías de mercado pero no sociedades de mercado” y afirmaron que “la protección social no es enemiga de la libertad económica”. Plantearon que “la legitimidad de una economía de mercado requiere una oferta robusta de servicios públicos de calidad, como quedó dramáticamente demostrado por la pandemia”.
Sugirieron “repensar el valor de la política y la democracia para los tiempos que vendrán y de revisar nuestras concepciones y prácticas de gobierno para actualizarlas y dotarlas de nuevas herramientas que permitan gobernar, democrática y eficazmente, las sociedades complejas del siglo XXI”. Manifestaron que “la democracia representativa puede y debe ser perfeccionada, a empezar por los partidos, pero no reemplazada”.
Dijeron que “es hora de reconstruir espacios y mecanismos de coordinación y cooperación entre los países latinoamericanos, como mínimo para fortalecer la capacidad regional de resolver sus conflictos y no importar crecientes tensiones globales”.
Sostuvieron que la crisis económica deber ser “una oportunidad para redefinir el horizonte de lo posible” e hicieron un llamado a “pensar, proponer, gestar ideas y dinamizar acciones para una agenda ineludible”. Manifestaron que la democracia no debe ser “víctima de la pandemia” y que el sistema debe evolucionar.
Por la Argentina firmaron el mensaje, además de Macri, el exembajador en Estados Unidos y Chile José Octavio Bordón, el vicepresidente de la Cámara Electoral Alberto Dalla Vía, el constitucionalista Antonio María Hernández, la profesora de economía Nora Lustig, el exministro de Economía José Luis Machinea y el senador nacional Taiana. Suscribieron también los expresidentes de Uruguay Luis Alberto Lacalle, José Mujica y Julio Sanguinetti, y los de Chile, Eduardo Frei y Ricardo Lagos.
Macri ya había firmado otros dos documentos que alertaron sobre “el avance del populismo” y que “la democracia está amenazada” por la pandemia. El domingo pasado además escribió una columna en La Nación crítica del Gobierno en la que acusó al Frente de Todos de querer “gobernar sin límites y vulnerar la Constitución”, y advirtió: “Es la República o la republiqueta”
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