Fuente Infobae
A un año del ballotage, el jefe de Gabinete recordó el triunfo de Cambiemos y especuló sobre qué hubiera pasado si ganaba el candidato del FpV. También habló de la interna del Gobierno y de la “exitosa” construcción política que llevó a Mauricio Macri al poder.
– ¿Cuál es el primer recuerdo que le viene a la cabeza?
(Piensa unos segundos) Varias cosas. Por un lado, el alivio del festejo. Y por otro lado, lo ajustado que se volvió el recuento tarde, a la noche. Lo que iba a ser una noche relajada terminó siendo una noche tensa.
– ¿En algún momento dudó?
¿Qué habíamos ganado? No. Pero había mucho ruido, a la medianoche, una de la mañana, si cambiaban o aceptaban o no el resultado, pero bueno. Por suerte rápidamente todo volvió a la normalidad. Y después no mucho, dormir poco y al día siguiente estar pensando ya en lo que nos tocaba por delante.
Son casi las 20 del lunes. No quedan muchos funcionarios en la Casa Rosada; solo un puñado de ellos. La cercanía con diciembre ya es notoria en el rostro de algunos miembros del gabinete. Marcos Peña, el funcionario de mayor influencia en la cabeza de Mauricio Macri, no es la excepción: se lo nota agotado. Hace justo un año, en el búnker de Costa Salguero, el Presidente festejaba eufórico la victoria sobre Daniel Scioli, el candidato del kirchnerismo. Y destacaba a su futuro jefe de Gabinete como un «bastión, un jefe de campaña de lujo».
Lejos de los festejos, en diálogo con Infobae, Peña traza ahora una radiografía de aquella noche, del postulante K, del «círculo rojo», del por qué de la victoria y de la marcha del Gobierno en estos días, a un año del resultado que posicionó al PRO en lo más alto del poder.
– ¿Qué pasaba si ganaba Daniel Scioli?
Creo que el país hubiera tenido que enfrentar los mismos desafíos que tuvimos que enfrentar nosotros pero con un gobierno con mucha menos credibilidad y con mucha menos expectativa en el país y en el mundo. Con lo cual los problemas hubieran sido mucho más graves.
– ¿Cree que Scioli hubiera hecho las mismas cosas que ustedes?
Probablemente Scioli, al no tener la confianza que nosotros pudimos generar en la población y el mundo, hubiera tenido que hacer un ajuste mucho más fuerte del que tuvimos que hacer nosotros.
– ¿Cuándo se dio cuenta de que ganaban la elección?
La noche de la primera vuelta generó una tranquilidad extra en términos de que ya la elección era más seguro que ganáramos. Me parece que ese fue un momento bisagra.
– ¿Ganaron por acierto de ustedes, por error del rival o por una mezcla de ambas cosas?
En la campaña decíamos «nadie es presidente sin la voluntad de serlo y nadie es presidente solo por la voluntad de serlo». Creo que se combinaron todos los factores de todo lo que nosotros teníamos que hacer, lo hicimos, y creo que eso también generó que al haber competencia real en la Argentina ellos cometieran los errores que en realidad era dejar claro quiénes eran. Se habla de errores y me parece que es subestimar lo que ellos fueron y son. No creo que hayan sido poco honestos en eso. Creo que han sido muy coherentes. Pero nunca uno puede tener la soberbia de creer que solo lo que uno hace incide. Pero el esfuerzo y el compromiso y lo que generó Mauricio Macri como candidato, y María Eugenia Vidal como candidata a gobernadora, creo que fueron realmente muy impresionantes y no son cosas a minimizar.
– En campaña hablaban mucho del «círculo rojo», de que querían llevarlos a una alianza con Sergio Massa, que no entendían el «cambio» propuesto en teoría por ustedes. A un año del ballotage, ¿cómo está la relación del Gobierno con ese «círculo rojo»?
El círculo rojo es sobre todo una manera de ver la realidad en la que muchas veces nos incluimos todos. El tema de saber que no necesariamente mira la realidad igual un ciudadano de a pie en la calle que alguien que tiene un factor de poder y un nivel de involucramiento en la toma de decisiones y de lectura de la realidad. Entender que puede existir ese desfasaje es un dato muy importante, porque eso te da mayor humildad para cuando uno quiere opinar sobre el votante saber que tiene que hacer más cosas para tratar de entender qué le está pasando a la sociedad. Y creo que como todo, hay alguna gente que entendió desde el primer momento lo que nosotros estábamos proponiendo, otros que lo fueron entendiendo en el proceso y otros que por ahí aun con la mejor buena fe y el apoyo a nosotros les genera temores o dudas, algunas medio heterodoxas, qué hacemos. No lo veo como un problema en sí mismo, es parte de ese proceso de cambio cultural en el que todos estamos metidos.
– A un año del ballotage, estas últimas semanas han trascendido cuestiones vinculadas a internas de Gabinete y descontento del Presidente con ministros. El domingo, en el diario Perfil, Emilio Monzó habló de los riesgos de la coalición Cambiemos. ¿Es así?
En este mismo análisis retrospectivo de hace un año a hoy, creo que la construcción política de Cambiemos es extraordinariamente exitosa y rompió todos los pronósticos de escepticismo de que iba a ser posible construir una fuerza política diversa, con respeto, diálogo y proyección como tiene hoy. Y el equipo de gobierno que se conformó también, en muy pocos días, con el poco tiempo que teníamos hasta asumir y con la complejidad de la tarea que había que tomar hacia adelante, se armó un excelente equipo de gobierno. El nivel de discusión es mínimo y natural en cualquier grupo humano pero no hay un clima de internas y de peleas, no lo vemos así. Lo que hay es un grupo humano, de gente talentosa, honesta, comprometida, que a veces puede tener diferencias de carácter y de perspectiva, pero que eso es natural en cualquier grupo humano. Tengo una visión muy positiva respecto de lo que se ha logrado construir en un país donde si miramos alrededor lo que vemos son muchísimos proyectos individualistas, muchísimas figuras solitarias, pero que no han sido capaces de construir lo que hoy se ha logrado en materia de política y de gestión.