Este viernes se conoce el veredicto a los tres policías que están acusados de falsificar los rastrillajes para localizar a la familia Pomar que había desaparecido en 2009 y 24 días después se supo que habían tenido un accidente cerca de la ciudad de Salto.
Fuentes judiciales informaron que la audiencia comenzará a las 13 en el edificio de los tribunales locales, ubicado en Pintos entre avenida Colón y Monteagudo, y será encabezada por el juez Carlos Picco.
El viernes pasado, la fiscalía y la querella solicitaron penas de hasta cuatro años de prisión. Se trata de los policías Daniel Fabián Arruvito, Luis Ángel Quiroga y Benito Barcos, quienes al momento del hecho se desempeñaban en la Patrulla Rural de Pergamino y en el destacamento de Gahan, distante 20 kilómetros.
Además de estos policías había otros tres acusados por el delito de omisión y violación de los deberes de funcionario público, entre ellos uno que el 27 de noviembre recibió un llamado que alertaba sobre el lugar donde estaba el auto.
El caso
Luis Fernando Pomar de 40 años ; su esposa, Gabriela Viagrán de 36, y sus hijas, María del Pilar de 3 y Candelaria de 6 años, fueron vistos por última vez el 14 de noviembre de 2009 cuando se trasladaban desde José Mármol, en el sur del Gran Buenos Aires, donde vivían, rumbo a la ciudad de Pergamino, de donde eran oriundos y planeaban visitar a familiares.
Como nunca llegaron a esa ciudad, sus allegados denunciaron la desaparición al día siguiente, pero la Policía tardó 24 días, hasta el 8 de diciembre, para encontrar el auto, que fue hallado volcado entre pastizales a un costado de la ruta 31, cerca de Salto y a unos 40 kilómetros de Pergamino.
Los cuerpos estaban en cercanías del vehículo, ya que fueron despedidos porque ningún integrante de la familia llevaba el cinturón de seguridad colocado, y la autopsia realizada posteriormente estableció que todos habían muerto como consecuencia del accidente.
Durante la búsqueda, centenares de policías realizaron rastrillajes por tierra y agua e inspecciones desde el aire, por todo Pergamino y las localidades aledañas, pero no lograron encontrarlos.
En el medio hubo decenas de versiones en torno al caso: que se habían ido por sus propios medios, que había violencia familiar, que se trató de un secuestro o fue un robo.
La falencias en la búsqueda de la familia generaron duros cuestionamientos al Gobierno bonaerense y derivaron en la renuncia de varios jefes policiales y del entonces subsecretario de Investigaciones e Inteligencia Criminal, Paul Starc, uno de los funcionario que encabezó la pesquisa.