Fuente Infobae
La familia Báez cruzó la línea de espera y ahora va por todo. La amenaza que Lázaro ejecutó semanas antes de quedar preso empezó a tener color y sustancia: «Ahora somos peligrosamente enemigos», le mandó a decir a Máximo Kirchner vía un interlocutor. Ayer empezaron a caer los primeros misiles.
Leandro Báez prefiere el perfil bajo. Durante mucho tiempo se negó a instalarse en Buenos Aires, cuando los negocios familiares afloraban. Hoy se lamenta no haber estado al tanto de los detalles. Mientras su hermano, Martín, espera su destino judicial en la ciudad de Buenos Aires, Leandro contiene en Río Gallegos a su madre, hermanas y a su pequeño hijo. Ayer le puso a su nombre una firma contundente: pidió la recusación del juez federal Sebastián Casanello, acusándolo de direccionar la investigación de la ruta del dinero K para proteger a Cristina y Máximo Kirchner.
Esa fue la primera bomba que largó la misilera. Y se prepara la más contundente. Según la información a la que accedió Infobae, la defensa de Báez apelará ante la Cámara el rechazo de recusación planteado por Casanello y lo harán de forma tajante y precisa.Presentarán una carta escrita de puño y letra por la ex presidente, Cristina Kirchner, y firmada por ella, en la que le recomienda a Lázaro Báez «ensuciar» al empresario Ángelo Calcaterra, primo del Presidente, Mauricio Macri, y con quien Báez llegó a formar una unión transitoria de empresas (UTE) para presentarse en la licitación de la represas santacruceñas, que finalmente ganó otro consorcio. La carta fue escrita y enviada a Lázaro Báez hace poco más de 30 días.
Báez fue visitado esta mañana, en Ezeiza, por sus dos abogados, quienes le pidieron «paciencia» y le aseguraron que saldrá libre en no más de dos meses. En la familia del empresario no les creen, por eso se pusieron al frente de las decisiones centrales de la defensa. Además de la carta de Cristina Kirchner, se le pedirá a la Cámara el registro de llamados del juez Casanello, en el que, según afirman los abogados de los hijos, están registrados decenas de llamados entre el magistrado y Juan Martín Mena, hombre de Máximo Kirchner y ex número dos de la Agencia Federal de Inteligencia en el final del mandato kirchnerista.
Este viernes, Cristina Kirchner envió como emisario a su histórico secretario, Daniel Álvarez, para intentar comunicarse con Leandro Báez. El joven decidió no atenderlo, ni cuando éste le dijo que era la ex presidente la que quería hablar. Álvarez y los Báez se conocen bien: fueron ellos quienes, por pedido de Néstor Kirchner, financiaron en dos oportunidades su candidatura a intendente de Río Gallegos.
En la respuesta de Casanello a Leandro Báez, nada se dice sobre dos puntos clave de la denuncia de la familia del procesado: la existencia de reuniones en Olivos entre Lázaro Báez, el juez y la propia ex presidente, como tampoco sobre las comunicaciones telefónicas que el magistrado habría realizado con Santa Cruz el 5 de abril pasado, el día de la detención en el aeropuerto de San Fernando. La defensa sabe que tocaron el punto sensible del juez, que ya no sabe cómo explicar que no tiene relación con la familia Kirchner.
El fiscal Marijuan le ofreció al menor de los Báez las mismas condiciones bajo las cuales declaró Leonardo Fariña y que le permitieron entrar al programa de Protección de Testigos y recuperar su libertad tras estar dos años preso en otra causa por evasión de imputados, también relacionada al empresario santacruceño.