José López está fuera de sí… o al menos eso quiere aparentar. En la alcaidía de Comodoro Py protagonizó un escandaloso episodio. El exsecretario de Obras Públicas kirchnerista se golpeó la cabeza contra la pared varias veces y se negó a subir a declarar al tercer piso de los tribunales federales. Tres policías tuvieron que sujetarlo para controlarlo.
Esta mañana, alrededor de las 8, llegó al edificio para ser indagado por el juez federal Daniel Rafecas en la causa por enriquecimiento ilícito. El martes por la madrugada fue detenido en un monasterio de General Rodríguez mientras intentaba esconder casi 9 millones de dólares y otras divisas.
Desde el primer momento de su captura, la segunda mano de Julio De Vido está protegido con chaleco antibalas y casco. Ayer, por orden de Rafecas, se allanaron once de sus propiedades y la caja de seguridad en un banco, en la que encontraron 80 mil dólares.
«López tiene alucionaciones». Así lo aseguró ayer su abogada Fernanda Herrera en la Fiscalía de General Rodriguez, y reveló que no pudo hablar con su cliente porque se encuentra en estado de desesperación. «Llamamos a una ambulancia, yo pediría una pericia psicológica», agregó.
