No hubo sorpresas.
Incluso en las horas previas, más allá de las manifestaciones públicas de rigor, la incertidumbre con la que la Casa Rosada esperaba los resultados de la interna pampeana estaba contaminada por una buena dosis de pesimismo.
Las señales que recibían desde el PRO provenientes de La Pampa ya eran desalentadoras desde las primeras horas de la tarde. Para el Gobierno, la derrota de Carlos Mac Allister en manos del radical Daniel Kroneberger era, en la previa, una posibilidad con muy buenas chances.
El ex defensor de Boca Juniors y ex secretario de Deportes, un habitual participante de los partidos de fútbol de Olivos de los miércoles, mordió el polvo, según reconoce el macrismo por lo bajo, por dos razones principales.
La primera tiene nombre y apellido: Mauricio Macri. El candidato del Presidente no pudo escapar a la lógica electoral que se repite en casi todo el país y quedó adosado a la figura del Jefe de Estado, cuyos niveles de impopularidad son muy altos.
La segunda, según el PRO, fue la intervención del PJ en la primaria no obligatoria cuya participación del padrón, más alta de lo esperado, era una incógnita para el Gobierno.
Carlos Verna, el caudillo provincial que lucha contra una cruel enfermedad y que encolumnó al PJ detrás de la figura del diputado Sergio Ziliotto como candidato a gobernador, metió la cola, según fuentes oficiales. En Santa Rosa y General Pico, por ejemplo, el PJ habría puesto sus fichas por la candidatura de Kroneberger, aseguran.
Es que, para el Gobierno, la postulación a gobernador del candidato de la UCR es mucho más funcional al PJ. ¿La explicación? En el PRO dicen que Mac Allister podría haber traccionado votos peronistas.
La explicación radical a la derrota del ex defensor de Boca es mucho menos conspirativa. «Los candidatos del estilo (Miguel) Del Sel no sirven. Esto es una señal para el Gobierno, tienen que creer más en la fortaleza de los candidatos radicales», resaltaron desde la UCR nacional.
Más allá de la diplomacia de Mac Allister, que después de consumada la derrota escribió en las redes sociales que acompañaría la candidatura de Kroneberger, la tensión en torno a los cierres de listas entre el PRO y la UCR es evidente.
Agobiado por los pésimos resultados del programa económico implementado por Macri, el Gobierno ata el plan de reelección del Presidente a María Eugenia Vidal, a la performance de Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad de Buenos Aires y a la eventual candidatura de Cristina Kirchner, que todavía es una incógnita. Por ahora, la Casa Rosada no tiene plan de emergencia. ¿Y si la ex Presidenta finalmente no es candidata?
Ante ese escenario, en Cambiemos aspiran al menos a retener distritos.
Pero en las provincias en las que el Gobierno guarda alguna esperanza de arrebatarle la administración al PJ, aún cuando asoma improbable, los candidatos pertenecen a la UCR. El diputado Gustavo Menna en Chubut, el senador Eduardo Costa en Santa Cruz o la senadora Silvia Elías de Pérez en Tucumán, que encabezaría la boleta oficial en Tucumán en medio de la puja entre Juan Manzur y José Alperovich. En esas provincias, la imagen de Macri está por el suelo.
Era uno de los consejos que Carlos Grosso, asesor part time del PRO, divulgaba el año pasado en encuentros reservados: había que prestarle atención, decía, al armado territorial del radicalismo en el interior del país.
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