Con un discurso descarnado, que no desconoció la durísima situación de ajuste de la economía que está viviendo la población, el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, ratificó «el instrumento que tuvimos en el 2015 para derrotar al populismo» y reconoció que «no ha sido suficiente, necesitamos más de lo que hicimos, corregir los errores garrafales que se cometieron en este Gobierno» y «construir un gran acuerdo nacional» que «logre los objetivos que no alcanzamos hasta aquí». Mauricio Macri y Marcos Peña fueron los destinatarios directos de su discurso.
El gobernador de Mendoza habló durante media hora en medio de un griterío que lo criticaba hasta el límite del insulto grosero y personal por una minoría que estaba apostada en una esquina del recinto, un grupo que ingresó sin problemas como tantos otros, y nadie intentó muy seriamente acallar.
Cornejo pidió intervenir en la estrategia nacional, alertó sobre la posibilidad de que «caigamos derrotados por el populismo en octubre y en el balotaje» y anunció la importancia de que la comisión de acción política que él mismo, y los otros dos gobernadores radicales integrarán, para «procurar la ampliación intraCambiemos (léase Martín Lousteau y Alfonso Prat Gay) y fuera de la coalición (el peronismo republicano).
Los otros tres integrantes de la CAP serán el ex presidente de la UCR, Ernesto Sanz(vinculado a uno de los grandes sectores radicales que consensuó la resolución votada hoy, liderado por el vicegobernador bonaerense Daniel Salvador y el auditor nacional Jesús Rodríguez), el ex presidente de la UCR porteña, Emiliano Yacobitti (vinculado al otro de los grandes sectores radicales liderado por Cornejo y Enrique Nosiglia) y la diputada provincial Alejandra Lorden (tesorera del comité nacional), con la que el radicalismo salda una vieja deuda, que es la participación de las mujeres en la mesa de las decisiones políticas.
Como estaba previsto, la votación a favor de la ratificación de Cambiemos fue contundente. Se asegura que fueron 261 votos que apoyaron la resolución contra apenas 14, o sea, una diferencia de 247 votos respaldando el desafío de una coalición que no estuvo exenta de problemas, pero que permitió ganarle muchos espacios al peronismo en sus distintas versiones.
Para continuar en ese camino, lo que la gran mayoría de los convencionales radicales votaron fue ampliar no solo la coalición, sino la mesa de decisiones, para que la experiencia en materia política evite cometer graves perjuicios para la Argentina y para los argentinos.
Como le dijo a Infobae uno de los responsables del histórico pronunciamiento que se concretó hoy: «El mensaje es, muchachos, seguimos juntos, pero ojo que si no cambian algunas cosas, en cualquier momento damos la noticia».
La convención comenzó apenas media hora después de que fuera convocada, en un gesto poco habitual en las reuniones radicales, lo que exhibe voluntad de modernizar los usos y costumbres de la política tradicional. Mientras arrancaba, Cornejo intentó una última reunión con Ricardo Alfonsín para lograr el respaldo unánime al texto, aún aceptando modificaciones o agregados que no cambiaran el sentido del documento.
En ese momento, el hijo del líder radical creía contar con 50 convencionales que pedirían salir de Cambiemos y acercarse a Roberto Lavagna, por lo que se negó enfáticamente a acompañar la posición de ratificar la convención de Gualeguaychú. Con el paso de las horas, el número de 50 se fue achicando y muchos se fueron de Parque Norte a la hora de votar, hasta quedar en 14. Pudo verse a convencionales intentando buscar argumentos para evitar la votación, lo que obviamente no lograron, aunque dignamente ratificaron su oposición y sostuvieron la bandera que habían traído.
En ese momento, ya se habían ido Juan Manuel Casella, Federico Storani, y hasta el propio Jorge Sappia, presidente de la convención, porque el resto de la mesa de conducción del encuentro cerró la lista de oradores cuando iba a hablar el alfonsinista César Martucci, para que hablara Cornejo.
Entre los oradores que expresaron su aval a la posición que salió ganadora, resaltó la del diputado Fabio Quetglas, que sostuvó que «debemos conjugar en nuestro espacio político los atributos de gobernabilidad y futuro, no podemos permitir que se siga asociando al peronismo como sinónimo de gobernabilidad». También se destacó el discurso que dio la diputada Karina Banfi, quien dijo que «nadie puede negar las dificultades que atravesamos por errores propios y ajenos» pero «¿acaso alguien sabe qué hacer con un país arruinado moralmente por el vamos por todo, por los aprietes, escraches y difamaciones, el robo a mansalva y el germen del autoritarismo en manos del voto popular?»
Entre los duros discursos opositores, resaltó el de Miguel Ponce, definido por la cuenta @RadichetaConven como «el frontman mediático del alfonsinismo confundido», durísimo contra Mauricio Macri y el endeudamiento que le cargó a la Nación por varias generaciones. El presidente de la UCR neuquina, César Gass, mostró su desazón por la crítica situación económica y la falta del respaldo del Gobierno en las elecciones provinciales donde Horacio «Pechi» Quiroga no pudo ser elegido, a pesar de que -anunció- votaría a favor de la resolución acordada.
El radicalismo vivió hoy una jornada extraña para la política argentina. No ocultó sus diferencias y exhibió una profundidad conceptual en el debate que puso a la UCR muy por encima de la media de los políticos argentinos, al tiempo que mostró su decisión de sacar el Gobierno adelante porque «no somos un partido testimonial, sino de poder».
En el trayecto, aprobó la paridad de género para cargos partidarios. Y puso a varias dirigentes mujeres en las distintas mesas públicas y privadas. El radicalismo dio un salto de calidad hoy en Parque Norte, también. Orgullosos, muchos se fueron cantando «Adelante radicales», la marcha partidaria. «Hoy tocó empoderar a la UCR, mañana a Cambiemos. Tenemos que salir a ganar», dijo mientras se retiraba un dirigente que lleva peleadas varias batallas, algunas donde ganó, otras donde perdió.
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