Se mostró expectante por el alcance de la medida de protesta. Apuntó contra la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Y hasta se permitió un chiste con su hijo Pablo. El jefe de los camioneros, Hugo Moyano, celebró en una conferencia de prensa la contundencia del paro, el quinto de la Confederación General del Trabajo (CGT) contra el gobierno de Mauricio Macri, que él presionó para que se realizara.
Acompañado de otros sindicalistas, Moyano analizó: «La contundencia de este paro demuestra el rechazo de los trabajadores a las políticas económicas que generan pobreza. Los camiones pararon todos menos el que manejaba Bullrich. Estos paros no se hacen por caprichos sino por necesidad». Y volvió a criticar a la ministra: «Bullrich dice lo que se pierde por un paro, pero no lo que los laburantes aportamos con el mínimo no imponible para que ellos paseen de un lado a otro».
Consultado sobre el futuro del movimiento obrero en las calles, el jefe camionero avisó: «No sé si será el último o anteúltimo paro si Macri sigue con estas políticas. Es difícil explicárselo a quien nunca pasó hambre y se la gastó en casinos. Ojalá entienda este mensaje». Y alentó: «La alternativa la tenemos en octubre: los trabajadores que se equivocaron en 2015 no lo volverán a hacer ahora».
A su lado, el líder de la Bancaria, Sergio Palazzo, agregó: «Hay millones de calles en el país, pero solo cortamos seis o siete. Bullrich, en vez de ocuparse del tránsito, debería resolver los problemas de los argentinos».
El intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, habló en nombre del justicialismo bonaerense que preside: «Tenemos un fenómeno: los empleados que están en blanco, pero son pobres. No puedo creer que el Presidente, que habló recién por televisión, no le haya dado una respuesta a los trabajadores. Los derechos se ganan en las calles. Ojalá que 2019 sea el último año gobernado por el neoliberalismo».
Por su parte, Daniel Catalano, referente de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), consideró: «No hay que discutir si el paro es o no enorme sino la imposibilidad de organizar la vida con salarios de entre $8.000 y $12.000. No tenemos la garantía de tener las comidas diarias necesarias. Necesitamos un salvataje económico. Ojalá que Macri escuche a los trabajadores y no a los mercados».
Eduardo López, de los docentes porteños, manifestó: «Las escuelas están volviendo a convertirse en comedores. Los chicos con hambre no pueden estudiar. Los queremos con la panza llena y el corazón contento para que tengan la cabeza abierta para pensar».
Sobre el final, Pablo Moyano, secretario adjunto del gremio, ironizó: «Hugo, preparate que mañana a las 9 te toca un nuevo allanamiento«. En respuesta, el jefe de los camioneros respondió: «Bueno, compañeros, están todos invitados si lo hacen».
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