Unas 20.000 personas enfermas o discapacitadas llegaron este viernes a Roma para su Jubileo, que empezará con el sermón de un sacerdote ciego y sordo y acabará con una misa el domingo en la plaza de San Pedro.
El Vaticano hizo de este Jubileo de personas enfermas el punto fuerte de la mitad del Año Santo de la Misericordia que el papa Francisco inició en diciembre, recordando la importancia del respeto por los enfermos en la enseñanza de la fe cristiana y el compromiso de la Iglesia.
Esta vez, el Vaticano celebra también desde el jueves un congreso internacional sobre la lepra que reúne a más de 200 investigadores, miembros de asociaciones y víctimas de esta enfermedad y del estigma que suele comportar.
La lepra, erradicada en la mayor parte del mundo, afecta todavía a 200.000 personas al año. Durante los tres días del Jubileo, se prevén sermones y actividades en toda Roma y el Vaticano.
Paralelamente, 3.509 voluntarios propondrán consultas de medicina general, dermatología, pediatría y ginecología. El sábado por la noche, varios bailarines y cantantes discapacitados animarán una fiesta sobre el tema «Más allá de los límites» en los jardines del famoso castillo de SantAngelo, en frente del Vaticano.
El domingo, el papa Francisco presidirá una gran misa, traducida en lengua de signos, que contará con la participación de personas discapacitadas del mundo entero.
Desde el inicio del Jubileo en diciembre, más de nueve millones de peregrinos han venido a Roma para participar en alguna de las celebraciones o asistir a una audiencia del papa, según un último recuento del Vaticano.