El Sumo Pontífice instó a Polonia a «acoger a los que huyen de las guerras y del hambre», al llegar este miércoles a Cracovia, en el primer discurso que pronuncia en ese país del este de Europa, que se resiste a acoger a los migrantes.
El fenómeno de la emigración «requiere un suplemento de sabiduría y misericordia para superar los temores y hacer el mayor bien posible», aseguró el papa Francisco, quien pidió identificar las causas, facilitar el regreso de los afectados, garantizar solidaridad y libertad y sobre todo «dar testimonio con los hechos de los valores humanos y cristianos», dijo.
El Papa, quien visita por primera vez la tierra natal de Juan Pablo II, pronunció un discurso fuerte y claro durante el cual rindió homenaje al papa santo, canonizado por Francisco, por su «agudo sentido de la historia».
Francisco mencionó la historia «milenaria» de Polonia y pidió un «compromiso ético» para hacer frente a la economía, al medio ambiente y a la emigración.
«Hace falta solidaridad con los que están privados de sus derechos fundamentales, incluido el profesar libremente y con seguridad la propia fe», dijo.
Francisco invitó a Polonia a un «diálogo construido entre las diferentes posiciones» y recordó la reciente Declaración conjunta entre la Iglesia católica en Polonia y la ortodoxa de Moscú que dio inicio al un proceso de acercamiento «no sólo entre las dos religiones sino entre los dos pueblos», recalcó.