El papa Francisco criticó hoy la «burocracia paralizante que no permite que las cosas cambien» y denunció las consecuencias del «peso de la corrupción» al oficiar en el Vaticano la misa por la Vigilia de Pascua en medio de fuertes medidas de seguridad en Roma.
El Papa presidió en la noche romana la Vigilia Pascual en la Basílica de San Pedro e invitó a llevar «la Buena Nueva de Cristo resucitado» en un celebración en la que bautizó a once personas de diferentes nacionalidades, entre ellas Italia, España, la República Checa, Estados Unidos, Albania, Malta, Malasia y China.
«Si hacemos un esfuerzo con nuestra imaginación, en el rostro de estas mujeres podemos encontrar los rostros de tantas madres y abuelas, el rostro de niños y jóvenes que resisten el peso y el dolor de tanta injusticia inhumana«, dijo el Pontífice durante su homilía, refiriéndose a un pasaje bíblico en el que María y María Magdalena acuden a la tumba de Jesús. «También podemos ver las caras de los que son recibidos con desdén porque son inmigrantes, privados de país, casa y familia. Vemos caras cuyos ojos denotan soledad y abandono, porque sus manos están plagadas de arrugas«, agregó.
El Sumo Pontífice usó el período que lleva al Domingo de Resurrección para subrayar la visión de servicio a los más necesitados. El Viernes Santo, lamentó que mucha gente se haya habituado a las escenas diarias de ciudades bombardeadas e inmigrantes ahogados.
El Domingo de Resurrección, el día más importante del calendario litúrgico cristiano, proclamará su mensaje bianual «Urbi et Orbi» («A la ciudad y el mundo») en la Plaza de San Pedro. La seguridad fue reforzada durante todas las actividades del Papa en la Semana Santa tras los recientes ataques con vehículos contra peatones en Londres y Estocolmo.