El Gobierno publicó este martes en el Boletín Oficial el decreto 703/2018, y de esa manera completó la oficialización del plan de reestructuración de las Fuerzas Armadas. Tal como anticipó el medio Infobae, la norma marca una profunda diferenciación con el kirchnerismo en la visión de la política internacional.
La norma establece la «Directiva de Política de Defensa Nacional». Este decreto contempla tres artículos para derogar el Decreto 1714/2009 y el Decreto 2645/2014 de los Kirchner.
La nueva norma contempla un anexo documental de 40 páginas que establece la Directiva de Política de Defensa Nacional y que prevé todo lo que se dijo hasta ahora: la conformación de una unidad de despliegue rápido; el refuerzo militar en las fronteras; la vigilancia y control de los espacios soberanos; la protección de Objetivos Estratégicos de parte de las Fuerzas Armadas; el apoyo a la política exterior; el apoyo al sistema de seguridad interior; la creación de la ciberdefensa para la vigilancia y control de los espacios soberanos y la reestructuración del Poder Aeroespacial del Instrumento Militar para unificar la fuerza aérea militar, entre otras cosas.
«Todo esto forma parte de la reestructuración en la práctica de las Fuerzas Armadas. Pero también lo que se buscó modificar con esta nueva normativa es la visión que tiene la Argentina del mundo y del rol de los militares en un escenario mundial totalmente diferente al que veían los Kirchner», había admitido a este medio un alto funcionario.
En el anexo se sostiene que «el Poder Ejecutivo Nacional ha establecido como objetivos prioritarios para la gestión de gobierno la lucha contra el narcotráfico, la reducción de la pobreza y la unión de los argentinos.Si bien estos objetivos están bajo la responsabilidad principal de otros Ministerios, en virtud de su naturaleza, la envergadura de los mismos exige la colaboración de todas las áreas del Estado».
Y aclara que «si bien la República Argentina no percibe amenazas con relación a sus países vecinos, y está plenamente comprometida con la promoción de los valores de la paz y la seguridad internacional, reconoce la incertidumbre del contexto global y la existencia de riesgos. La necesidad de resguardar la soberanía e independencia de la República Argentina, la integridad territorial, la capacidad de autodeterminación, la protección de la vida y la libertad de sus habitantes ante agresiones de origen externo constituyen una función permanente del Sistema de Defensa Nacional. La presente Directiva establece las acciones que deberá desarrollar el Sistema de Defensa Nacional para el cumplimiento de esta misión primaria, lo que contribuirá a sostener las bases necesarias para la prosperidad, la seguridad estratégica y el desarrollo de la República Argentina».
De la lectura del decreto, al que accedió Infobae, se pueden determinar en sus anexos los cambios conceptuales de fondo que plantea Macri en materia de política exterior y defensa.
El rol de Estados Unidos. En el capítulo sobre «Apreciación del Escenario Global y Regional» el nuevo decreto sostiene que «la preeminencia del poder militar de los Estados Unidos encuentra de manera creciente un contrapeso en el aumento de las capacidades militares de China y Rusia, en especial por la manera en que dichas capacidades fortalecen el poder de estas potencias en sus respectivas regiones».
Para el kirchnerismo, esta visión era totalmente diferente. En el Decreto 1714/2009 que será derogado se establecía que «en términos estrictamente militares, sólo los Estados Unidos detenta una supremacía indiscutible, caracterizada por, entre otros elementos, un gasto de defensa que equivale a más de la mitad del total mundial, un liderazgo incuestionable en lo que ha dado en llamarse la Revolución de los Asuntos Militares, una presencia militar a escala mundial con más de 120 bases de diversa magnitud en todo el mundo, situadas selectivamente en áreas y zonas estratégicas clave desde el punto de vista de sus intereses vitales».
Multilateralismo. Se plantea que «el debilitamiento de la predisposición al multilateralismo no es homogéneo ni irreversible. Esta tendencia encuentra como contrapartida la prolífera actividad de diversos mecanismos de vinculación entre las naciones». Y agrega que «ámbitos como el G20 y la OCDE expresan la aún persistente confianza en la utilización de instancias de articulación internacional y gobernanza global».
Terrorismo. La figura de «terrorismo internacional» aparece en el decreto de Maci para sostener que ello «configura uno de los principales problemas de la agenda del siglo XXI. Este fenómeno adquiere mayor complejidad al confluir con otros delitos y fenómenos criminales complejos, tales como el narcotráfico, el lavado de dinero, la trata de personas y los delitos que se cometen con asistencia de las nuevas tecnologías de la información. El abordaje de estos asuntos requiere una estrecha articulación nacional e internacional, que incluya la participación de organismos gubernamentales y de la sociedad civil».
Diagnóstico Regional. En la evaluación que hace el Gobierno de la situación regional, el texto sostiene que «América del Sur ha logrado consolidarse como una zona de paz, caracterizada por la ausencia de conflictos interestatales, el respeto de los Derechos Humanos y la promoción del sistema democrático de gobierno». Y pone énfasis en la participación activa de la Argentina en la OEA el Mercosur y su acercamiento con la Alianza del Pacífico. No sólo ello. También eleva una dura crítica al gobierno venezolano que «persiste en sus esfuerzos por consolidar un régimen autoritario que viola de manera sistemática las libertades fundamentales y los derechos políticos de sus ciudadanos. La crisis política, humanitaria, social y sanitaria que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela atenta contra la consolidación de la zona de paz sudamericana, dado que afecta negativamente la estabilidad de la región, especialmente la de los países vecinos».
Por el contrario, los Kirchner sostenían en el plan de defensa que la Argentina debía tener un rol «activo y constructivo en las consultas tendientes al futuro establecimiento de un órgano de Defensa Sudamericano en el marco de la UNASUR y respaldaba el accionar del grupo del ALBA integrado, entre otros, por Venezuela, Cuba y Nicaragua». Lejos de ello, el actual gobierno no solo cuestionó a la UNASUR sino que decidió alejarse temporalmente de ese organismo hasta tanto garantice un esquema de funcionamiento democrático.
La cuestión Malvinas. En el capítulo donde se estableció la decisión de reforzar el control militar en el Atlántico Sur y la Antártida, el nuevo decreto hace una salvedad sobre el vínculo con Gran Bretaña. «La reciente mejora en la relación con el Reino Unido contribuye al logro de este objetivo nacional irrenunciable, ya que favorece un espacio de oportunidad para incrementar la cooperación bilateral y promueve al interés nacional de preservar y explotar los recursos naturales allí existentes».
El decreto de los Kirchner no sólo rechazaba cualquier acercamiento con Londres sino que planteaba que Gran Breteña «está trabajando en la pretensión de extender su alegada soberanía territorial en las islas Malvinas y en la Antártida».
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