El Gobierno se juega una última apuesta en la negociación con los acreedores y presentará este lunes oficialmente en los Estados Unidos su cuarta oferta de canje para reestructurar U$S65.000 millones de deuda bajo ley extranjera. El presidente Alberto Fernández dijo que es el «máximo esfuerzo» que puede hacer el país.
A poco menos de tres meses de la primera propuesta hecha a los bonistas, el Gobierno decidió poner sobre la mesa una última oportunidad para cerrar el canje, a pesar de que un grupo de acreedores importante (Ad Hoc, liderado por Blackrock), aún se mantenía lejos de la postura oficial.
El Ministerio de Economía evaluó que para no seguir extendiendo la operación, tras varias etapas fallidas en la negociación, la mejor alternativa es lanzar una última oferta mejorada -con ciertos beneficios adicionales a los tenedores-, descontar la adhesión de los bonistas más «cercanos» y esperar que la mayoría «silenciosa» de acreedores minoristas y que no está representada en los grandes grupos termine por aceptarla.
La cuarta oferta de pago a los bonistas incluye distintas mejoras que suben el «valor» de la propuesta. Entre esos cambios, adelantará subas en las tasas de interés anuales que pagan los nuevos bonos emitidos.
Así, por ejemplo, el bono en dólares con vencimiento en 2030 comenzará a pagar en septiembre de 2021 un cupón de 0,125%, que escalará a medida que pasen los años. Entre 2027 y 2030 pagará 1,75% de interés anual. Otros bonos como los que vencen en 2035, 2038 y 2041 -también en dólares- tendrán en la última parte de su plazo de vigencia un cupón de 5% anual. Si bien la tasa «final» no cambió respecto a la oferta anterior, el esquema temporal de mejora del cupón es más beneficioso para el tenedor.
Según explicó Hacienda en un comunicado, la nueva oferta incluye un incremento en «la contraprestación a ser recibida mediante ciertas reducciones de capital, aumentos de cupones y vencimientos más cortos«.
Volverán a ser diez los bonos ofrecidos -cinco en dólares y cinco en euros- y dos «especiales» -uno en cada moneda extranjera- para «compensar» a los acreedores por los intereses no cobrados en los últimos meses.
Además, el Gobierno permitirá que quienes tengan bonos en euros o francos suizos puedan elegir los nuevos títulos en dólares para aceptar el canje, algo que estaba restringido en propuestas anteriores.
Uno de los puntos centrales de la oferta es la diferenciación que buscará hacer el Gobierno con quienes ingresen primero al canje. A esos, les pagará con dos bonos extra -en dólares con interés de 1% anual y en euros a 0,5% anual-, lo que aumentará para estos tenedores el valor de la propuesta.
Según pudo saber TN, para quienes acepten rápidamente la propuesta de reestructuración, el valor presente neto de la oferta se acercaría a los 53,5 dólares por cada 100 de deuda. Para quienes ingresen después o como consecuencia de las cláusulas de acción colectiva, sería de 52,2 dólares.
Por otra parte, para tratar de achicar diferencias con los acreedores más duros, el Gobierno permitirá a los bonistas que tengan títulos emitidos en el canje de deuda de 2005 obtener nuevos bonos que mantengan las cláusulas de protección para los inversores de ese modelo «viejo».
La discusión tuvo lugar porque la propuesta de reestructuración implicaba que todos los títulos nuevos deberían adaptarse a las cláusulas más novedosas -incluidas en la deuda emitida por el Gobierno de Mauricio Macri desde 2016- menos favorables a un tenedor. Eso hizo ruido entre los comités de bonistas y terminó por convertirse en uno de los ejes de disputa.
El Gobierno anunció este domingo además que enviará un proyecto de ley para autorizar al Ministerio de Economía a aplicar para los bonos en dólares bajo ley local –que implican unos U$S10.000 millones– las mismas condiciones que termine por acordar con los acreedores externos.
«De esta forma, la Argentina estará cumpliendo con el compromiso de tratamiento equitativo para la deuda pública en moneda extranjera emitida bajo legislación extranjera y bajo ley argentina, una decisión que consideramos importante para avanzar en la profundización del mercado de capitales de modo que permita contar con una mayor disponibilidad de instrumentos de financiamiento y ahorro regidos bajo ley argentina”, explicó el Ministro de Economía Martín Guzmán.
“Hemos hecho nuestra parte sobre la base de un compromiso pleno con el principio de ponerle punto final a la crisis de endeudamiento de una forma sostenible. Esperamos que nuestros acreedores comprendan las restricciones que tenemos, y valoren nuestra voluntad de llegar a un acuerdo que funcione para todas las partes”, concluyó Guzmán.
Más temprano, Alberto Fernández había afirmado que esta última oferta “es el máximo esfuerzo que podemos hacer” y agregó: “Es un esfuerzo enorme el que hemos hecho para cumplir con nuestra palabra, que era hacer un acuerdo que le permita a la Argentina cumplir con los acreedores y que le permita a los argentinos no postergar más a los que están postergados”.
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