Fuente Infobae
Las fiestas de fin de año eran la luz al final del túnel para los supermercados. Pero los números evidencian que las góndolas finalizaron el 2016 con pocos compradores y prácticamente fueron 12 meses para el olvido. Las ventas continuaron en caída durante diciembre y el mes cerró con un descenso del 5,9% interanual en unidades.
Con este resultado negativo como cierre, el año pasado terminó con un rojo del 4,7% en ventas de los productos de la canasta básica -alimentos y bebidas, artículos de tocador y limpieza-, según la medición de CCR, la consultora especializada que analiza las ventas por canal comercial y es fuente consultada por los grandes comercios de todo el país.
El número marca el tercer año de descenso consecutivo -luego de bajas del 1,4% en 2014 y del 0,2% en 2015- y la peor caída en 14 años. «Es la mayor caída desde la crisis de 2002, aunque los consumidores percibieron el año pasado como un año de crisis», aclaró Sandra Dalinger, gerente de Trade de CCR, en diálogo con Infobae.
El dato positivo es que el escenario evidencia una desaceleración de la caídaa fin del año pasado, pues el consumo creció un 8,1% en volumen en diciembre contra noviembre.
Pero aún habrá que esperar para los números positivos en la comparación interanual. «El primer trimestre será negativo. Proyectamos recién mejoras a partir de abril, luego de un febrero y marzo de ajustes en tarifas, servicios y prepagas. Y los repuntes no serán nada drásticos», adelantó Dalinger.
Bebidas sin alcohol, golosinas y productos congelados evidenciaron las mayores caídas en el año. Mientras tanto, los precios en las grandes cadenas subieron en promedio un 34,7%, en línea con la inflación nacional pero por debajo del cálculo de las consultoras privadas. Los precios de los productos congelados subieron un 45,1% y fue la categoría que más aumentó.
Los hipermercados y los supermercados fueron los más golpeados en 2016, una tendencia que se sigue consolidando. «Estos dos canales se usan para abastecimiento, y los consumidores ya hacen más compras de reposición. Las compras mensuales o quincenales fueron desplazadas«, amplió Dalinger. A contramano, las ventas en los súper de cercanía avanzaron un 1,2%, mientras que en los mayoristas crecieron un 1,4 por ciento.
Adiós marca, hasta luego
El estudio pone bajo la lupa 144 categorías como almacén, limpieza, tocador y bebidas con y sin alcohol, y Dalinger confirmó que los argentinos no abandonaron categorías. Sin embargo, las compras de Navidad y Año Nuevo dejaron aún más en evidencia que los consumidores resignan o cambian marcas si consideran que los precios son muy elevados.
«El consumidor argentino hoy no es fiel a una sola marca, sino que juega con dos o tres marcas líderes con las promociones que encuentra. O como se notó en la categoría de limpieza, deja de comprar todos en el supermercado y los adquiere también en comercios donde venden los productos sueltos», agregó la especialista.
Los productos de fin de año son un claro ejemplo de esta tendencia y ante todo, los productos se dejan de comprar por los precios. En champagne, cuatro de cada 10 encuestados dijo que resignaría marcas como Chandon, Bodegas Norton, Bodegas Senetiner, MUMM y Navarro Correas.
Un 26% de los 500 encuestados en el área metropolitana de Buenos Aires abandonó el pan dulce de Arcor, Canale, Noel y las artesanales, y reemplazó por otras marcas más económicas o por segundas marcas. En los budines, el 20% abandonó marcas por precios, con Arcor, Águila, Canale y Terrabusi como las cuatro marcas principales del ranking.
Con respecto a las promociones, la especialista subrayó que el 2×1 es la más valorada por los consumidores pues «permite entender cuánto dinero se está ahorrando», pero que el resto son ofertas confusas, como el 3×4 o el 80% de descuento en la segunda unidad. «Se pierde el foco de cuál es el precio real del producto», concluyó.