El errático manejo de la pandemia, con la acumulación de arbitrariedades, denuncias de violencia institucional y el escándalo nacional por el caso Abigail, provocaron una estrepitosa caída en la valoración del mandatario, quien, luego de los anuncios de flexibilización, apuesta a levantar en las encuestas a través de un importante bono de fin de año y la recomposición de los salarios de los empleados públicos.
En menos de 72 horas, el gobernador Gerardo Zamora se apresuró en anunciar una catarata de medidas que apuntan calmar el caldeado ambiente social santiagueño y mejorar su dañada imagen.
Esto se debe a que las dramáticas imágenes de Abigail Jiménez que recorrieron todo los rincones del país, sumadas al errático manejo de la pandemia, las restricciones arbitrarias y los numerosos casos de violencia institucional, golpearon fuertemente en los niveles de aprobación del mandatario.
Según una encuesta de la empresa CB Consultora difundida días atrás, Zamora sufre, por primera vez desde el comienzo de su mandato, un mayor grado de rechazo que de aprobación por parte de la sociedad santiagueña.
De hecho, en noviembre el mandatario se hundió diez puestos en el ranking de gobernadores que elabora dicha firma, quedando entre los mandatarios con peor imagen del país.
Es en éste contexto que el cuestionado caudillo santiagueño decidió “romper el chanchito” para realizar un anuncio destinado a los empleados públicos: bono de fin de año de $34 mil pagaderos en dos partes (diciembre y febrero) más una recomposición salarial del 47%, vigente desde febrero.
Mientras tanto, el sector independiente siguen esperando alguna medida de alivio, al igual que los miles de beneficiarios del IFE que se quedaron sin el beneficio.
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