Alfredo Cornejo (presidente de la UCR), Patricia Bullrich (presidenta del PRO), Maximiliano Ferraro (presidente de la CC), José Luis Espert (Despertar Argentina), Margarita Stolbizer (GEN) y el ex presidente Eduardo Duhalde coincidieron en realizar fuertes críticas al proyecto de reforma judicial que el Gobierno envió al Congreso por “inoportuno”, “inconsistente”, “de mala fe” pero, sobre todo, porque no tiene consenso de las fuerzas políticas ni de la sociedad civil, mucho menos de los actores involucrados.
Los dirigentes fueron convocados por el Club Político Argentino, entidad que preside Graciela Fernández Meijide, que ayer hizo público un documento firmado por casi 200 personalidades del mundo sindical, empresarial y religioso exigiendo amplia participación ciudadana para “despejar sospechas” de manipulación del Poder Judicial. Pero el plato fuerte estuvo dado por las ponencias realizadas por Manuel García Mansilla, Roberto Gargarella y María Angélica Gelli que, moderados por Ricardo Gil Lavedra, dieron los argumentos por los que la reforma de la justicia, así como se está planteando, “debe ser fulminada”.
El abogado García Mansilla fue el primero en hablar, dando un panorama histórico desde 1947, la primera oportunidad en la que se intervino políticamente la Corte Suprema a través de un juicio político, detallando las veces en que se modificó la integración (1955/1966/1969/1973/1976/1983/1999/2003/2006) o fueron removidos desde entonces y la cantidad de jueces que integraron el Máximo Tribunal en relación a Estados Unidos, por ejemplo. “Así como no nos podemos rehabilitar de la adicción a la inflación, parece que tampoco podemos rehabilitarnos de manipular la Corte Suprema”, dijo.
Gargarella, por su lado, explicó que tiene una visión procedentalista del derecho, no en el sentido de que no se puedan hacer reformas, sino que hay que partir con la presunción de inconstitucionalidad cuando se quieren cambiar las reglas de juego. “Puede hacerlo, pero el control tiene que ser estrictísimo. Por eso, tal como está diseñada esta reforma, hay que fulminarla, no es algo que pueda hacerse así en una democracia”, expresó en forma taxativa.
La constitucionalista Gelli también fue muy crítica. “Lo que comienza mal es difícil que termine bien”, aseguró. Y consideró que “hay un simulacro de debate quizás porque ·no se acepta que el poder judicial debe ser independiente para garantizar igualdad de todos los habitantes del país ante la ley”.
Guillermo Lipera fue el primero de los juristas que comentó las ponencias y no evitó criticar a la gestión anterior. “Ahora son todos fanáticos de la institucionalidad”, arrancó, lamentando que Mauricio Macri no haya anulado el recurso extraordinario que interpuso Cristina Kirchner que politizó el Consejo de la Magistratura, al cambiar los porcentajes de integración y darle mayor poder al Ejecutivo. “Que la Corte se la juegue ahora (y avale la demanda por inconstitucionalidad de esa ley), porque el lugar que no ocupa lo van a terminar ocupando otros”, reclamó.
También hablaron Silvia Torres Carbonell, de ACDE y Adelmo Gabbi, de la Bolsa de Comercio, además del presidente del interbloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri y los ex embajadores Marcelo Stubrin y Juan Pablo Lohlé. Y participaron Javier Goñi, Santiago Kovadlof, Federico Pinedo, Luciano Laspina entre otras figuras destacadas del ámbito político, intelectual y empresarial.
El cierre estuvo a cargo del ex presidente Duhalde, también firmante del documento impulsado por el Club Político. “Mi pensamiento es sencillo, siempre lo fue. No se puede gobernar sin consenso”, dijo. Agregó que “estoy muy enojado con lo que está pasando en la Argentina, voy a seguir colaborando con el Gobierno en materia productiva, como lo hice con la gestión anterior y lo haré en la próxima, si Dios me da fuerzas para seguir, pero no se puede imponer una reforma así sin acuerdos”. Aseguró que “no hay salida si nos seguimos peleando, se lo dije al Presidente”. Lo que no contó en el zoom es cuál fue la respuesta de Alberto Fernández.
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