La apartada presidenta de Brasil Dilma Rousseff habla en vivo desde el Palacio del Planalto tras la decisión del Parlamento de ser sometida a juicio político y suspendida en sus funciones durante seis meses.
La mandataria aseguró que esto «es un impeachment fraudulento, un verdadero golpe», al tiempo que consideró que el proceso en su contra pone en jaque «el respeto a las urnas y la voluntad soberana del pueblo». En tanto, aseveró que «está en juego el futuro del país, la oportunidad y esperanza de avanzar», declaraciones que sonaron fuerte en un Palacio repleto de medios de comunicación.
«Luche mi vida entera por la democracia. Mi gobierno no cometió ningún acto represivo contra movimientos sociales ni manifestantes de cualquier posición política», aseguró la suspendida presidenta quien añadió que «el destino siempre me impuso múltiples desafíos y conseguí vencerlos. Sufrí el dolor de la tortura y ahora sufro más de una vez. Lo que más duele en este momento es la injusticia».
Rousseff dejó en claro que el procedimiento de impeachment contra su persona se basa en acusaciones de que cometió un «crimen de responsabilidad» al pedir préstamos a bancos estatales para ocultar déficit presupuestarios durante su campaña a la reelección en 2014 y varios meses de 2015.