Un grupo de vecinos del barrio Vepam, de Esquel, Chubut, se enteraron de que un preso había sido beneficiado con el arresto domiciliario a raíz de la pandemia. Cuando llegó a su casa le pegaron y se enfrentaron a la policía. El delincuente, finalmente, volvió a la cárcel.
Se trata de Pablo Cesar Sommaruga que se encontraba cumpliendo una condena en la Unidad 14 de la mencionada ciudad. El pasado 27 de abril el juez José Pérez Arias, a cargo del Juzgado Nacional de Ejecución Penal N° 1, le otorgó el beneficio ante la emergencia sanitaria por el coronavirus.
Ni bien el delincuente llegó a su casa fue atacado a golpes por los vecinos, quienes incluso se enfrentaron a la policía. Finalmente, Sommaruga se subió al auto de una radio local y pidió que lo llevaron nuevamente a la cárcel.
Pablo Sommaruga integró la banda que en 2002 secuestró a Ariel Strajman, hijo de un reconocido joyero. Durante el cautiverio la víctima fue torturada y recibió insultos por ser judío. Le cortaron el dedo meñique de una mano y lo utilizaron como elemento de presión para obtener un segundo rescate. Strajman fue liberado el 18 de octubre de ese año por la policía de una casa de Pilar.
Los otros integrantes de la banda eran en total 17, cinco de ellos de la familia de Sommaruga: su hermano, el padre de ambos, la mujer de padre y un medio hermano.
La causa se elevó a juicio y Pablo Sommaruga fue condenado a 16 años y medio de prisión pero se le unificó la condena con otro delito y debía pasar 18 años preso. Fue llevado a la Unidad 19 del Servicio Penitenciario de Ezeiza desde donde se escapó. En ese momento gozaba de salidas transitorias debido a que había pasado 12 años en prisión. Pero un día no volvió al penal.
Cuatro días después fue detenido por la Policía Metropolitana mientras manejaba un auto. En su poder tenía un arma calibre 38 y un gramo de cocaína.
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