El Gobierno autorizó el lunes la reapertura de las iglesias en todo el país para «la asistencia espiritual a los fieles y los rezos individuales» luego de estar 50 días cerradas por el «aislamiento social, preventivo y obligatorio».
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto estableció que en las iglesias reabiertas seguirán estando prohibidas las ceremonias religiosas por el riesgo de contagio.
El jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el canciller Felipe Solá se reunieron con el titular de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) Oscar Ojea, el cardenal Mario Poli y el monseñor Carlos Malfa.
A partir de la aprobación del Gobierno, el secretario de Culto Guillermo Oliveri convocó para el martes a Malfa para diagramar un «protocolo sanitario que servirá de guía específicamente para la Iglesia Católica».
Tras la reunión en la Casa Rosada, desde la Conferencia Episcopal remarcaron: «Se ratificó la posibilidad de que los templos estén abiertos para la oración individual.
También afirmaron que «los sacerdotes podrán recibir, de ser posible de manera previamente acordada, a los fieles que soliciten ayuda espiritual, siempre teniendo en cuenta las disposiciones sanitarias».
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