Médicos salieron a las calles en la provincia de Córdoba para exigir que dejen de investigar a dos colegas de un geriátrico en el que se produjeron muertes de adultos mayores por coronavirus.
En la Residencia Santa Lucía, de la localidad de El Saldán, vivían 70 personas. Las autoridades sanitarias confirmaron 11 fallecidos por el virus y 54 contagiados, entre residentes y empleados.
En consecuencia, la Unidad Fiscal de Emergencia Sanitaria (UFES) imputó el viernes a dos médicos que prestaban servicios en ese geriátrico por presuntamente propagar el virus en el lugar.
Todo comenzó cuando un médico de la residencia se contagió aunque no presentó síntomas. Eso provocó que 65 personas, entre adultos mayores y empleados, se enfermaran rápidamente.
La UFES responsabilizó por eso a Marcelo Santiago Lázaro, director médico de la Residencia Santa Lucía y al médico Lucas Figueroa, que también trabaja en ese establecimiento.
Cientos de médicos se autoconvocaron y marcharon el lunes en Córdoba para pedir que no se persiga a sus colegas. «Basta de condenar inocentes», rezaban algunos carteles.
La investigación contra Lázaro y Figueroa continuará. Todavía no fueron indagados, pero ya fueron imputados por la «propagación de enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas», según los artículos 45 y 202 del Código Penal de la Nación.
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