Fueron días duros para el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, con las protestas y tomas por parte de la comunidad científica, que concluyeron en un acuerdo ayer entre el Gobierno y el CONICET.
Durante el conflicto, el ministro admitió que «analizó» dejar su cargo en caso de que no se alcanzara un acuerdo. «Yo dije que si no me daban los fondos, era una quita de confianza», contó Barañao en declaraciones radiales. «Además -siguió el ministro- es una cuestión de cumplir con los deberes de funcionario público, uno no tiene manera de ejecutar la tarea que le ha sido asignada»
Sin embargo, ayer, en medio de las marchas y los rumores sobre su renuncia, el ministro se reunió con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en Olivos, donde decidió continuar en su cargo.
«Sigo como ministro, por ahora, mi aspiración pasa por tomarme vacaciones», ironizó.
Además, defendió un «uso eficiente de los fondos» al considerar que «el Conicet no es la única salida laboral» para los becarios que son capacitados en ese lugar. En este sentido, el ministro ejemplificó hoy con que «no todos los egresados del Conservatorio Nacional entran al Teatro Colón», y se refirió a la «situación crítica en la que se encuentra el país» donde «se han priorizado inversiones sociales que no se preveían cuando se hizo la primera visión del Gobierno».
«Se atiende prioridades y se trata de hacer un uso eficiente de los fondos«, afirmó el ministro, tras recordar que los becarios se traducen en «recursos humanos donde el Estado ha invertido». «Hay que hacer un uso adecuado de esta inversión, y garantizar que pueden contribuir al desarrollo del país«, agregó.
