Fuente Infobae
Fue, básicamente, despertar e irse. Hoy cerca de las 6 de la mañana, el colombiano Henry de Jesús Londoño, alias «Mi Sangre», fue extraditado a los Estados Unidos en un operativo organizado en conjunto entre la DEA, Interpol, la PFA y el Servicio Penitenciario Federal luego de que la Corte Suprema confirmara su salida del país en septiembre pasado, tras un pedido de un tribunal federal de Florida para juzgarlo en suelo estadounidense.
Londoño fue llevado desde su celda del penal de Ezeiza hasta un helicóptero que aterrizó en un patio del penal, para ser llevado a un vuelo estatal estadounidense con destino a Florida, según confirmaron autoridades que fueron parte del operativo coordinado por el Ministerio de Seguridad.
Participó el grupo GEOF de la PFA junto a tres cordones de seguridad de efectivos del SPF. Más de cien agentes fueron despachados, con personal del Grupo Especial de Respuesta Inmediata (GERI), la sección Requisa, el grupo Anti Siniestros, Seguridad Interna y Externa, Inteligencia e incluso personal médico.
La estrategia, para evitar filtraciones, fue mantener un silencio absoluto con respecto a los pormenores del operativo, organizado durante un mes entre autoridades del SPF y la agencia antidrogas estadounidense. El viaje fue una sorpresa repentina para «Mi Sangre»: el capo colombiano no fue avisado previamente de su partida. «Estaba pálido cuando salió de la celda», asegura una fuente de peso.
El secreto no era para menos: hay una investigación en curso luego de que se le detectaran mapas y celulares en su celda de Ezeiza, con su abogada comprometida, un escándalo que le costó el puesto a un alto directivo del penal.