El liberal Pedro Kuczynski continuaba imponiéndose por 50.102 votos (0,30 punto porcentual) sobre la populista de derecha Keiko Fujimori en el escrutinio del balotaje presidencial del domingo en Perú, del cual los analistas no creen que ya pueda revertirse la situación.
Mientras tanto, seguidores de los dos candidatos realizaban desde el martes por la noche una vigilia frente a la sede de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe), a la que reclamaban celeridad en el escrutinio, sin incidentes y bajo una nutrida vigilancia policial.
Kuczynski aventajaba a Fujimori por 43.914 votos (0,26 punto porcentual) entre 16.970.014 sufragios válidos computados y con 98,39% de las actas de votación contabilizadas, según el último boletín de la Onpe. Al organismo le faltaba recibir 389 de las 77.307 actas de votación totales, pero entre las ya recibidas tenía todavía 856 observadas, que contienen más de 250.000 votos.
El jefe de la Onpe, Mariano Cucho, afirmó el martes que confiaba en que las actas faltantes serán recibidas a más tardar el jueves. Kuczynski reiteró el martes su optimismo y su pedido de «tranquilidad y serenidad” en un encuentro no previsto con periodistas, según reflejó el diario El Comercio.
Consultado sobre si creía que los resultados del escrutinio eran irreversibles, respondió: «Yo creo que sí, pero tenemos que esperar el veredicto oficial. Mis personeros (fiscales partidarios) están por todo el Perú. Ahí vamos, y vamos bien.” Aunque no planificada, la de Kuczynski fue la primera aparición pública desde el domingo a la noche. Fujimori no volvió a mostrarse desde entonces.
En tanto, el director de la firma de opinión pública Ipsos Perú, Alfredo Torres, afirmó el martes a la noche que le parecía «materialmente imposible” que Fujimori pudiera revertir su situación en el escrutinio porque para ello «tendría que obtener más de 70% de los votos en casi todas las actas que falta procesar”.
El politólogo Fernando Tuesta sostuvo que «es difícil que el voto que falta contabilizar se comporte de manera tan distinta” y, ante la esperanza de los fujimoristas en las actas que faltan llegar desde el interior del país, advirtió que «el voto rural no solo proviene de los departamentos del norte sino también de la sierra sur, donde hubo una aplastante victoria» de Kuczynski.
Asimismo, el también politólogo Iván Lanegra opinó que «la tendencia es clara” y que «es muy difícil que se revierta el resultado favorable para Kuczynski”. Paralelamente, simpatizantes de los dos candidatos se manifestaban desde el martes por la noche frente a la sede de la Onpe, en Lima, en demanda de mayor celeridad en el escrutinio.
Entre los de Fuerza Popular, el partido de Fujimori, abundaba todo tipo de insignias -remeras, vinchas, sombreros, banderas- anaranjadas y resaltaban globos y otros materiales promocionales de la campaña electoral.
Del otro lado se reflejaba la alianza tácita que rodeó a Kuczynski para el balotaje, con mayoría de banderas peruanas, poca presencia de los tres colores (fucsia, celeste y amarillo) del partido del candidato y consignas diversas, tales como «No más demora”, «PPK presidente ya”, «Narcoestado no va” y «Fujimori genocida”.
También el martes por la noche, simpatizantes fujimoristas realizaron una breve manifestación frente a la sede del Jurado Electoral Especial (regional) de Trujillo, la capital del departamento norteño La Libertad. El legislador electo Luis Yika explicó que la demostración formaba parte de una estrategia nacional del partido y reclamó que prevalezca «la voluntad popular y no la guerra sucia”.