El director nacional del Servicio Penitenciario Federal (SPF), Emiliano Blanco, aclaró hoy que el empresario Lázaro Báez, detenido en la cárcel de Ezeiza por presunto lavado de dinero en la llamada causa de la ruta del dinero K, «no es un interno VIP ni tiene privilegios».
Al salir al cruce de versiones sobre presuntas condiciones especiales de detención, Blanco puntualizó que Báez está alojado en un «pabellón común» con otros 14 internos y si bien admitió que goza del uso de aparatos eléctricos, precisó que el ingreso de esos elementos «está aprobado por el reglamento interno» y es compartido con sus pares.
«El ingreso de microondas, hornos eléctricos, televisores, pavas eléctricas, anafes, está aprobado por el reglamento de comunicación interno y por el control de ingreso de elementos permitidos; estas cuestiones, en general, favorecen los estándares de convivencia al interior de los pabellones y esos elementos se autorizan por el jefe del complejo y para el salón de usos múltiples», precisó el directivo.
En declaraciones a radio Nacional, Blanco también contó que «desde el Instituto de Criminología estamos diseñando instrumentos» para medir «los riesgos de conflictividad» de los presos involucrados en causas de corrupción por su eventual «capacidad de corromper el adecuado funcionamiento del sistema», como ofrecimiento de dádivas a personal penitenciario.
Se trata de avanzar en el diseño de «índices de corruptibilidad», explicó, aunque señaló que no hay mucho de estos temas en «la literatura penitenciaria internacional, con lo cual es un desafío desde el punto de vista académico» abordar este proyecto.
«Hoy los criterios de clasificación (de los internos para alojarlos con otros) tienen que ver con los riesgos de conflictividad. Los casos de corrupción presentan un desafío complejo para los servicios penitenciarios», expresó.
Respecto a las condiciones de detención de Báez, el director del SPF se preocupó en aclarar que el dueño de Austral Construcciones «no es un interno VIP ni tampoco tiene privilegios».
Añadió que el empresario, uno de los principales beneficiarios de la obra pública durante el kirchnerismo, reside en uno de los «pabellones comunes del Servicio Penitenciario Federal» y «no» tiene ningún beneficio a la hora de decidir con quién comparte su celda.
Blanco admitió que las autoridades dispusieron un cambio en lo que hace al alojamiento de Báez, quien comparte la prisión con su anterior contador Daniel Pérez Gadín, detenido en la misma causa de la «ruta del dinero K».
«Es cierto que se efectuó un traslado», aceptó, pero puntualizó que ese cambio respondió «a un criterio de políticas de género que venimos desarrollando: puntualmente (las anteriores internas transexuales alojadas en ese pabellón) han sido llevadas al complejo 4 de mujeres, de acuerdo a la ley de identidad de gente».
En tal sentido, Blanco sostuvo que «el interno Báez no decide absolutamente con quién vive o con quién deja de vivir».
El directivo señaló que, en términos generales, los compañeros de celda son decididos por las autoridades en base a «criterios de clasificación inicial por riesgo que refiere a fuga, conflictividad o suicidio».
Al mencionar la instalación últimamente de nuevas cámaras, Blanco señaló que se ubicaron «en distintos sectores del complejo penitenciario que justamente tiene que ver con cierta lógica de monitoreo por seguridad dinámica».