El Gobierno de Alicia Kirchner apelará la medida del juez de primera instancia Francisco Marinkovic, quien frenó el pedido de deuda por 10 mil millones de pesos luego de una presentación de ocho legisladores de la oposición. La gobernadora reivindicó la toma de deuda para cubrir el déficit provincial de 6.700 millones de pesos para este año y aseguró que «no pensamos en un endeudamiento permanente».
Además, reiteró que su gobierno recibió de manos del ex gobernador Daniel Peralta «una provincia virtualmente quebrada, endeudada e incapaz de prestar servicios esenciales y de calidad a los santacruceños». A su vez, afirmó que mantendrán abierto el diálogo con los gremios estatales de la Mesa de Unidad Sindical: «No están cerradas las paritarias», aclaró, pero advirtió que «debe darse la condición imprescindible de la escucha y la no violencia». Apuntó contra la inflación, el aumento de tarifas y la falta de envío de fondos del gobierno de Mauricio Macri, que «hoy afecta a trabajadores y comerciantes», enfatizó.
La gobernadora de Santa Cruz también criticó a los partidos de la oposición y a los gremios estatales de la Mesa de Unidad Sindical por los conflictos en su provincia. En un discurso grabado que se transmitió por radio y el Canal 9, Kirchner señaló que «Santa Cruz no puede ser rehén de ambiciones politiqueras» y argumentó que «algunos destinan sus esfuerzos al intento de impedir que Santa Cruz mejore».
Luego agregó: «No estoy dispuesta a ceder a ninguna extorsión», dijo Alicia Kirchner y acusó a la oposición de «obstructiva» y a los gremios estatales de auspiciar «agresivas manifestaciones, reclaman ayuda a la Provincia y a la vez obstaculizan el avance de los mecanismos institucionales que se necesitan activar para salir de lo imprevisible».
Kirchner añadió que la oposición «miente sobre la acuciante realidad» y «como no tiene la responsabilidad de conducir, promete lo incumplible y moviliza con sus actitudes a algunos sectores al boicot y a la violencia». A su vez, aseguró que «nuestro pueblo no quiere violencia, quiere paz social, se resiste a vivir bajo amenazas» y recalcó que «las instituciones en nuestra democracia no pueden, ni deben, funcionar bajo presión patoteril».
